La Ciudad premió a la niña ganadora del concurso “Mi árbol, mi mural”

Luján observa la palma y los dedos de su mano izquierda empapados con pintura verde. Los apoya contra la pared blanca del Parque Las Heras y se voltea para recibir los aplausos. Tiene 4 años, asiste al Jardín de Infantes Nucleado “A” EPC N°8 D.E. 9 y es la ganadora del concurso “Mi árbol, mi mural”.

El concurso es una iniciativa de la Ciudad que forma parte de las actividades para conmemorar el Día del árbol y los 10 años del programa Escuelas Verdes. Fue ideado para generar un espacio donde los vecinos más chicos, los estudiantes del nivel inicial y del primer ciclo del primario, pudiesen reflexionar sobre la importancia de los árboles en el medio ambiente porteño a través de un dibujo. La obra más votada se replicó en el mural en Parque Las Heras.

“Este año, el Programa Escuelas Verdes cumple diez años desde que fue creado con el objetivo de fomentar la sustentabilidad a través de la educación y la gestión ambiental en todas las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires. Desde el Ministerio de Educación, estamos convencidos de que el cambio viene de la mano de los más chicos. Son ellos quienes con sus docentes y compañeros aprenden y transforman sus prácticas en las escuelas y luego las llevan a sus hogares para que cada día construyamos un mundo más sustentable, justo, equitativo y diverso”, expresó Soledad Acuña, ministra de Educación de la Ciudad.

“Es fundamental que los más chicos crezcan desarrollando un vínculo de amor con los árboles, las plazas y la naturaleza que los rodea. Aprendiendo desde la infancia a cuidar el árbol de la puerta de sus casas y los que habitan su plaza preferida, por ejemplo, desarrollan la conciencia ambiental que necesitamos para seguir construyendo la Ciudad del mañana”, explicó Facundo Carrillo, secretario de Atención Ciudadana y Gestión Comunal, organismo a coordina junto a las Comunas el mantenimiento del arbolado porteño. “Estas actividades generan un espacio para que los más chicos reflexionen sobre su entorno y aprendan a cuidarlo”, agregó.

Luján Rodríguez Viglianco ama correr y andar en bicicleta, cantar y jugar con su guitarra y su tambor, dibujar y hacer collages. Su color preferido es el lila, como la sala de su jardín y sus lentes; y su comida favorita son las milanesas con papas fritas.

A través de la pantalla, su “Seño Elsa” les contó a ella y a sus compañeros de sala en una clase virtual sobre “Mi árbol, mi mural”. La “Seño” les mostró plantas, hojas, flores y semillas. Los alumnos se prepararon con marcadores, temperas, acuarelas, lápices de colores o lo que tuviesen a mano, y una hoja blanca tamaño A4. Por medio de un juego, fueron materializando con esos elementos el árbol que imaginaban.

Luján disfruta mucho usar sus manos para pintar. Así que mojó su mano en témpera marrón y la estampó, primero, cerrada para crear el tronco y, luego, abierta para darle vida a las ramas con sus dedos. Después empapó las puntas de sus dedos con témpera verde para darle hojas al árbol, todos sus dedos para que las hojas tuviesen diferentes tamaños. Con blanco aclaró el verde y usó el color resultante para pintar el pasto. Y, por último, imprimió el sol y sus rayos saliendo detrás del follaje con amarillo.

Junto a su papá Héctor, su mamá Magdalena y su hermana Daiara, pensaron en una frase que reflejara todo lo que Luján había aprendido sobre los árboles en el jardín y se la agregaron al dibujo: “Brindo mis manos a los árboles de mi ciudad… plantar, regar, cuidar y embellecer para disfrutar”.

Es que la temática no era nueva para Luján. Estos meses de cuarentena ella y los demás alumnos de la sala de 4 del Jardín de Infantes Nucleado “A” EPC N°8 D.E. 9 estuvieron trabajando de forma remota con el proyecto «Medio ambiente: usos y cuidados del agua, tierra y aire». María Elsa Bonnet, o la “Seño Elsa”, los acompañó a la distancia para construir una huerta en sus casas y recorrer sus barrios observando las características de sus árboles; sus hojas, sus frutos, la sombra que proyectan sobre veredas y calles.

“Este año en la salita de 4 estuvimos trabajando sobre el medioambiente. Los niños y las niñas hicieron huertas y fuimos viendo las distintas plantas que había en los alrededores de sus casas. Hacer el mural nos pareció hermoso para darle un cierre al proyecto”, contó María Elsa. El Jardín de Infantes Nucleado “A” EPC N°8 D.E. 9 forma parte de Escuelas Verdes, un programa del Ministerio de Educación de la Ciudad que fomenta el desarrollo sustentable a través de la educación y la gestión ambiental en las escuelas.

Luján forma parte de los 1843 estudiantes del nivel inicial y del primer ciclo del primario que se inscribieron a través de 32 escuelas para participar de la actividad. Ella, Santiago Fernando Lutz e Isabella Mengarelli son los creadores de las 3 obras finalistas que fueron votadas por 2373 vecinos de la Ciudad a través de redes sociales, el sistema de mailing y la página web del Gobierno de la Ciudad. El dibujo de Luján fue elegido con 1051 votos.

El lunes 16 el teléfono en la casa de los Rodríguez Viglianco no paraba de sonar. Amigos de la familia los llamaban para decirles que la obra de Luján había sido elegida como ganadora del concurso. Luján, con una gran sonrisa, festejó saltando junto a su hermana Daiara.

El proyecto fue fruto de la sinergia entre la Dirección General de Arbolado, parte de la Secretaría Atención Ciudadana y Gestión Comunal, y la Gerencia Operativa Educación para la Sustentabilidad, dependiente del Ministerio de Educación. “En esta actividad que llamamos “Mi árbol, mi mural” trabajamos en conjunto con todo el equipo de Escuelas Verdes y Educación. Participaron 32 escuelas, se inscribieron 1843 alumnos y se presentaron casi 500 obras. La idea era acercar la importancia del arbolado urbano a las aulas. Queríamos saber qué interpretaban los chicos. Y ésta, la obra de Luján, es el resultado. Además de ser hermosa, nos ayuda a seguir trabajando en la concientización de la comunidad sobre la importancia del arbolado para el medio ambiente”, informó Florencia Valía, la directora de Arbolado de la Ciudad.

Cuando Luján llegó a Parque Las Heras con su familia, el equipo de la Ciudad y el artista Julio Gómez ya estaban preparando la pared de ladrillos que en pocas horas luciría su obra. Poco a poco, la pared se volvió blanca y los primeros trazos de colores empezaron a darle vida al árbol que ella había imaginado.

Luján miró con asombro como esa obra que había pintado en tamaño A4 estaba convirtiéndose en un gran mural que cubría toda una pared. Julio la invitó a dejar su huella allí. Ella no dudó en colaborar. Su mano izquierda fue empapada con pintura verde y la imprimió sobre la pared. Ese era su premio: su dibujo permanecería plasmado en ese parque enorme y ella podría verlo siempre que pasase por allí. Al mural, se le sumó un diploma conmemorativo y una planta. Luján enseguida se acercó y besó sus hojas.