Francia| Demanda colectiva contra la policía por racismo
Tres organizaciones de derechos humanos se unieron a grupos de base para lanzar la primera demanda colectiva de Francia contra la enorme maquinaria policial del país, alegando que propaga legalmente una cultura que conduce a discriminación sistemática en los controles de identidad.
En una medida sin precedente, las ONG, incluidas Human Rights Watch, Amnistía Internacional y Open Society Justice Initiative, alegan que la policía se centra en personas negras y de ascendencia árabe al elegir a quién detener y controlar, y dicen que la práctica aliena a esas poblaciones y representa un peligro para la sociedad.
En un contexto de agravamiento de los problemas raciales en los últimos años, las organizaciones no buscan compensaciones monetarias para víctimas de violencia policial, sino reformas las leyes de seguridad, incluido un cambio del artículo del código penal que rige los registros policiales y que da total libertad de acción sin que se grabe el encuentro.
El primer ministro Jean Castex y los ministros del Interior y de Justicia de Francia recibieron un aviso legal formal de las demandas en un documento de 145 páginas que incluye relatos de testigos, estudios y exigencias de que se garantice los controles policiales no estén guiados por prejuicios raciales.
Omer Mas Capitolin, fundador de Community House for Supportive Development, una ONG de base que participa en la acción legal, dijo que esos controles son parte de la vida diaria de muchas personas de color.
«Cuando siempre te controlan, baja tu autoestima» y te conviertes en un «ciudadano de segunda clase», dijo Mas Capitolin, cuyo grupo de París trabaja con jóvenes a menudo detenidos para controles que, según él, pueden terminar en una estación de la Policía.
Las “víctimas tienen miedo de presentar denuncias en este país aunque sepan que lo que pasó no es normal”, dijo, citado por la cadena CNN.
Y destacó que es un «reflejo mecánico» que la policía detenga a los no blancos, una práctica que, según dijo, es perjudicial para la persona que está siendo revisada y, en última instancia, para las relaciones entre los agentes y el público al que se espera que protejan.
Capitolin dijo que el caso de George Floyd, el afroamericano que murió el año pasado en Minneapolis, en Estados Unidos, después de que un policía blanco presionó su rodilla contra su cuello, se está convirtiendo en un catalizador para el cambio en Francia.
El abogado principal del caso, Antoine Lyon-Caen, destacó que la acción legal no se dirige a los agentes individuales sino al «sistema en sí mismo que genera, por sus reglas, hábitos, cultura, una práctica discriminatoria».
“Dado que las deficiencias del estado (se refieren a) una práctica sistémicas, la respuesta, las reacciones, los remedios, las medidas deben ser sistémicas”, dijo Lyon-Caen en una conferencia de prensa con ONG que participan de la acción legal.
Los cambios importantes podrían ser útiles para la policía, agregó, ayudando a reconstruir sus vínculos con el público.