Colombia| Continúan los disturbios y las protestas en torno al rechazo de la «reforma tributaria de Duque»
Miles de colombianos volvieron a las calles tras las masivas protestas del miércoles para insistir con el reclamo al Gobierno para que retire del Congreso su proyecto de reforma tributaria, en medio de una fuerte suba de contagios de coronavirus, toques de queda en varias ciudades y un pedido “urgente” desde el uribismo para militarizar las zonas de las manifestaciones.
Las 43 organizaciones que participan de la medida concluyeron en un comunicado que lo ocurrido el miércoles fue «una grandiosa expresión de ciudadanía» y rechazaron los episodios de violencia que se registraron en algunas manifestaciones y que dejaron 26 detenidos, según la policía.
El titular de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Francisco Maltés, dejó entrever la chance de la convocatoria a una nueva jornada de paro nacional para el 19 de mayo próximo, si la propuesta de reforma tributaria presentada por el Gobierno no ha sido retirada para entonces.
La iniciativa gubernamental propone gravar los servicios públicos, ampliar la base de contribuyentes, entre otros puntos, para recaudar unos 6.780 millones de dólares, y el Gobierno la defiende como parte de su esfuerzo para atender a los más necesitados en medio de la pandemia.
Aunque tiene un pedido de trámite urgente en el Congreso, ni siquiera toda la bancada oficialista apuesta a su aprobación, así que se discuten algunos cambios.
En su cuenta de la red Twitter, Duque insistió en el pedido para que se suspendan las marchas “en estos momentos críticos”, rechazó “vehementemente los actos vandálicos criminales” del miércoles y prometió ir “tras los que orquestaron estos hechos, para que les caiga todo el peso de la ley”.
Pero, además, habló con W Radio, y alertó que “hablar de un retiro (del texto) cuando existe la posibilidad de hacer la modificación total sería generar una gran incertidumbre financiera y económica con efectos negativos para toda la sociedad colombiana”.
“Lo que hemos buscado es que se abra una conversación constructiva. Todas las manifestaciones pacíficas las escucho y esta ha sido una presidencia dialogante; espero que con las propuestas de los partidos y de los distintos sectores, que son valiosas, podamos resolver esta situación”, señaló.
La concentración mayor de este jueves se llevó a cabo en la céntrica Plaza Bolívar de Bogotá, donde confluían columnas que habían salido desde cinco puntos de la capital, y se registraban marchas también en Medellín y Bucaramanga, entre otras ciudades. Algunas zonzas, inclusive, había adelantado el horario del toque de queda para desalentar la concurrencia a las protestas.
Las manifestaciones del miércoles coincidieron con la jornada de récord de muertes en el país, 490, y en medio de un tercer pico de contagios, que ubican a Colombia solo detrás de Estados Unidos, México y Brasil en el número de fallecidos.
El senador Armando Benedetti, de Colombia Humana, propuso una suerte de “paro legislativo” hasta que el Gobierno retire la reforma tributaria.
“La gente salió a pesar de la Covid-19, a pesar del fallo (del Tribunal Administrativo de Cundinamarca). Salió porque está brava, con hambre, sin trabajo y con miedo al futuro”, argumentó el congresista. Y siguió: “Estamos cometiendo el error de los últimos 210 años: estamos desconectados. El Congreso no representa a nadie”.
Por su parte, el expresidente Álvaro Uribe pidió este jueves la entrada de manera «urgente» en las calles del país del Ejército, aunque aclaró que no buscaba “represión a las libertades sino prevención militar y policial contra el vandalismo”.
“Distorsiones maliciosas finalmente protegen al terrorismo. No más vandalismo», escribió Uribe en su cuenta de la red Twitter, e insistió en que «el Ejército en las calles es urgente y mejor que estar registrando la noticia del asesinato y la destrucción vandálica».
En textos que acompañó con fotos de incidentes y choques entre policías y manifestantes, el exmandatario advirtió que «la protesta no puede ser la excusa del terrorismo y de sus promotores” y pidió apoyo para las Fuerzas Armadas “para encarcelar a los vándalos, proteger las libertades, las personas, los bienes públicos y privados».
Hasta ahora, el presidente Duque, un férreo aliado del exmandatario, no se hizo eco de estos pedidos.