¿Qué pasó el día después de aquel famoso 25 de Mayo de 1810?

Desde pequeño conocemos los hechos que se llevaron a cabo el famoso 25 de Mayo de 1810. Sabemos de la semana previa, de French y Beruti repartiendo cintas en la Plaza de Mayo. Incluso recitamos de memoria a conformación de aquel Gobierno Patrio: Cornelio Saavedra como Presidente, los doctores Mariano Moreno y Juan José Paso, eran sus secretarios; fueron designados seis vocales: Manuel Belgrano, Juan José Castelli, el militar Miguel de Azcuénaga, el sacerdote Manuel Alberti y los comerciantes Juan Larrea y Domingo Matheu.

Ahora bien, que ¿sucedió después de aquel día? ¿Cómo fueron los sucesos inmediatos? ¿Cómo avanzó aquella Primera Junta? ¿En qué cambió la vida de los criollos entonces?

Para despejar estas dudas en #Cincodias acudimos a la prosa del Historiador Felipe Pigna que nos presenta un panorama de aquellos días “post 25”…

“El 26 de mayo de 1810, el cura párroco Tomás Javier Gomensoro, del pueblo de Soriano, en la Banda Oriental, que seguía en manos españolas, asentaba con fina ironía en el libro de defunciones: “El día 25 de este mes de mayo, expiró en esta provincia del Río de la Plata la tiránica jurisdicción de los virreyes, la dominación déspota de la península española y el escandaloso influjo de todos los españoles. De este modo se sacudió el insoportable yugo de la más injusta y arbitraria dominación y se echaron los cimientos de una gloriosa independencia que colocará a las brillantes Provincias de la América del Sud en el rango de las naciones libres y le dará una representación nacional a la par de los grandes y gloriosos imperios del Globo. A los pocos días el cura Gomensoro fue separado de su parroquia” explica.

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En tanto, Pigna, detalla que del otro lado el Río, la flamante Primera Junta pronto “comprendió que se hacía indispensable llevar los objetivos revolucionarios a otros pueblos como así también asegurar su propia supervivencia ante la certeza de que la Corona española no se quedaría de brazos cruzados”.

  • “Se lanzó una suscripción para reunir fondos para financiar las campañas. Moreno donó seis onzas de oro. Belgrano, Matheu y Larrea, renunciaron a sus sueldos de vocales”.

En este sentido es interesante la labor de Mariano Moreno: “Desde su cargo de secretario de la Junta impulso medidas innovadoras y trató difundir los ideales revolucionarios y sus proyectos políticos innovadores a través de La Gaceta, periódico fundado por él el 7 de Junio de 1810.  Se proponía modificar la economía y la sociedad heredadas del virreinato” detalla Pigna.

Y recuerda que fue allí donde “aparecieron las listas de donantes: gente del pueblo pobre, “los que nada tienen, todo lo dan por la revolución” diría Castelli”.

Por su parte Cornelio Saavedra, líder militar de la revolución, representaba a «los sectores más tradicionales que se conformaban con un cambio de gobierno que garantizara la libertad de comercio y que no modifique la situación social y económica que había dejado la dominación española».

No obstante, durante aquellas primeras semanas, ya se comenzaba a gestar la segunda etapa del proceso revolucionario que tendrá su culminación en 1816 con la declaración de nuestra independencia.

“Una de las primeras medidas de la Junta fue enviar el 27 de mayo de 1810 una circular a los gobiernos provinciales pidiéndole que designaran diputados para una Congreso que se reuniría en Buenos Aires para redactar una constitución y determinar la forma de gobierno” explica el historiador.

¿Qué pasaba con los españoles?

“La Revolución había triunfado en Buenos Aires pero no en todo el virreinato. En el interior los españoles conservaban su poder e influencias en varias provincias y representaban una clara amenaza para el proceso revolucionario En Córdoba se produjo un levantamiento contrarrevolucionario de ex funcionarios españoles encabezado por Liniers. El movimiento fue rápidamente derrotado por las fuerzas patriotas al mando de Francisco Ortíz de Ocampo y Juan José Castelli. Liniers y sus compañeros fueron detenidos y fusilados el 26 de agosto de 1810” dice Pigna.

Federales y Unitarios

Otra de las consecuencias fue una “grieta” que dura hasta estos días: la distribución de la riqueza.

En este sentido, el historiador, explica que “La libertad económica impuesta por la Revolución beneficiaba a Buenos Aires que básicamente producía artículos para exportar (cuero, tasajo y sebo) y podía darse el lujo de importar todos los productos que necesitaba pero perjudicaba a las industrias del interior que no podían competir con los precios de los productos de la Revolución Industrial. De ahí que el resto del país no viviera a la revolución con el mismo entusiasmo que Buenos Aires”.

¿En qué se modificó la vida del criollo común?

“La gente de aquella época debió soportar un estado de guerra permanente a partir de 1810. Las familias se veían en serias dificultades porque la mayoría de los hombres se incorporaban a los cuerpos militares. La guerra era la prioridad de los primeros gobiernos patrios y los gastos militares se llevaban la mayor parte del presupuesto. Todo esto llevaba a un aumento del poder e influencia de los militares en la vida política del país.

En tanto “el nuevo gobierno liberó a los patriotas presos, dio la libertad a los esclavos y prohibió los servicios personales de los indios como la mita y el yanaconazgo, que obligaban a los indígenas a trabajar en las minas y en las haciendas en condiciones inhumanas. Estas medidas le valdrán el agradecimiento y el apoyo de los indígenas pero la desconfianza y la enemistad de los sectores criollos más ricos del Alto Perú que, al igual que los españoles, vivían de la explotación del trabajo de los indios”.

Finalmente, es interesante detallar lo acontecido con entre Moreno y Saavedra: “Las diferencias entre ambos se hicieron evidentes en diciembre de 1810 cuando los delegados del interior propusieron integrarse a la junta y no al congreso previsto en la circular del 27”.

“Moreno sabía que la mayoría de los diputados provinciales eran partidarios de Saavedra y que esto lo pondría en desventaja y frenaría, según su criterio su política de reformas y renunció al cargo el 18 de Diciembre de 1810. Se le encomendó una misión diplomática en Londres que nunca llegaría a cumplir”

“La renuncia de Moreno dejó el campo libre al sector saavedrista que concretó la incorporación de los diputados a la junta, formándose así la llamada Junta Grande. Dentro de ella continuaron los enfrentamientos entre los morenistas y saavedristas, liderados por el Deán Funes, diputado por Córdoba quien propuso la creación de juntas provinciales que deberían subordinarse a la Junta de Buenos Aires”.

Así entonces las cosas durante las semanas posteriores a la gesta del 25 de Mayo.  El camino comenzaba a transitársete. Traiciones, intereses contrapuestos, miradas diferentes eran alguno de los matices que se estaban gestando. La patria daba sus primeros pasos y todavía quedaba por delante muchos aciertos y errores.

 

 

 

Felipe Pigna es Historiador argentino. Escritor y generador de
Información histórica y cultural, material educativo

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