Las palabras de Jeff Bezos tras volver del espacio (V)
Jeff Bezos, el hombre más rico del planeta, concretó este martes el sueño de tripular su propia nave espacial y el mundo tuvo un pequeño adelanto de lo que podría convertirse en la nueva diversión de multimillonarios: flotar algunos minutos mirando la Tierra desde lo alto.
Durante poco más de diez minutos, el empresario estadounidense y los otros tres tripulantes -su hermano Mark, una aviadora de 82 años y un joven de 18-, cruzaron el límite de Karman, una frontera imaginaria que separa la atmósfera terrestre y el espacio exterior a bordo de la nave reutilizable, la New Shepard.
Bezos hizo realidad su sueño del turismo espacial.
«¡Es increíble!», «¡Ay Dios!», gritaron los cuatro casi al mismo tiempo cuando la New Shepard pasó los 100 kilómetros de la Tierra, alcanzó la gravedad cero y sus cuerpos comenzaron a flotar. Emocionada, Wally Funk, la mayor del grupo, se abalanzó sobre Bezos para abrazarlo mientras a un costado Oliver Daemenen, el menor, daba vueltas carnero. Los cuatro tripulantes se chocaron dentro del pequeño habitáculo y gritaron de felicidad. Alguien lanzó pelotitas de color naranja que contrastaban con el azul eléctrico de sus trajes.
El video fue subido por Bezos, fundador de Amazon, a su cuenta de Instagram poco tiempo después de que su aventura concluyera y es quizás, una pequeña muestra de lo que el empresario busca con Blue Origin, su compañía, un turismo espacial y de elite para divertir multimillonarios.
Bezos no anunció todavía cómo serán los programas para conocer ese espacio exterior que hasta ahora parecía sólo terreno de astronautas. Sin embargo, el único lugar disponible en la nave fue subastado en 28 millones de dólares.
Diez minutos más tarde de la hora prevista, las 10.10 de Argentina, la New Shepard fue lanzada desde una instalación remota en el desierto del oeste de Texas llamada Launch Site One, unos 40 kilómetros al norte de Van Horn, la ciudad más cercana.
A los siete minutos del lanzamiento, la nave se separó de la cápsula que transportaba a Bezos y sus acompañantes y regresó sana y salva a la base. En el espacio, colgado de tres paracaídas quedó flotando el pequeño habitáculo que lentamente emprendió el regreso a la Tierra hasta aterrizar en medio del desierto. Desde la ventanilla se podía ver al empresario sonriente y con los puños en alto.
Pocos minutos después salieron los cuatro tripulantes. Hubo gritos y festejos con champagne y sombreros de cowboys.
El vuelo duró poco menos de once minutos que se pudieron ver en BlueOrigin.com. la compañía de Bezos.
«¡Vamos Jeff!», gritaba entusiasmada la presentadora apenas despegó la nave.
La misión de Bezos se concretó después de que el fundador de Virgin Galactic, el magnate británico Richard Branson, realizó el domingo pasado el primer viaje de turismo espacial. Durante una hora, su cohete avión Unity, cruzó la frontera final del planeta con seis tripulantes a bordo.
Branson ya anunció que podría comenzar sus operaciones comerciales a principios del próximo año. Y ya lleva vendidos unos 600 billetes, según AFP, que costaron entre 200.000 y 250.000 dólares cada uno.
A este duelo espacial entre multimillonarios se sumará en septiembre Elon Musk, quien lanzará Space X con la que también busca sumarse a la carrera del turismo espacial.
«Esto no es una competencia, se trata de construir un camino hacia el espacio para que las generaciones futuras puedan hacer cosas increíbles allí», dijo el lunes al programa Today en NBC.
La New Shepard llegó al espacio utilizando un motor de hidrógeno líquido/oxígeno líquido sin emisiones de carbono y, según Bezos, más ecológico que la de su competidor Virgin Galactic.
Blue Origin fue fundada por Bezos en el año 2000 con el propósito de construir colonias espaciales flotantes con gravedad artificial y en las que pudieran vivir millones de personas.
Con una fortuna valuada en 200.000 millones de dólares, según la revista Forbes, Bezos, de 57 años y nacido en la pequeña ciudad de Albuquerque, acaba de renunciar como director general de Amazon para dedicarse por completo a sus incursiones espaciales.
New Shepard realizó 15 vuelos sin tripulación para ponerlo a prueba y testear los mecanismos de seguridad, como disparar la cápsula lejos de la plataforma de lanzamiento si el cohete explota o aterrizar con un paracaídas menos.
En una rueda de prensa del domingo, el director ejecutivo de Blue Origin, Bob Smith, aseguró: «Aprendimos cómo hacer que un vehículo sea lo suficientemente seguro para que estemos dispuestos a poner a nuestros seres queridos en él y enviarlos al espacio