Una consultora asegura que los argentinos ha puesto al presidente en el “lugar del protector.””
El Estudio de Federico González & Asociados analizó el último discurso del El Presidente Alberto Fernández donde brindó los nuevos los pasos a seguir en relación a la pandemia del coronavirus.
El trabajo se centra, no en el detalle de las declaraciones presidenciales, sino caracterizar el tono y la estructura de su discurso. Dodne en una primera instancia se lee que dejó la sensación de que “la situación se encuentra razonablemente contralada”.
El informa describe que “Tampoco se privó de hacer explícita su definición política fundamental respecto del flagelo del coronavirus en el contexto de la crisis de la economía heredada y asociada. Una vez más insistió en que hay dificultades pero no hay dilema entre vida y economía. Señaló que salvar vidas sigue siendo la urgencia mayor. Pero el Gobierno no se desentiende de trabajar sobre la dimensión económica tanto para paliar las presentes adversidades como, a futuro, para pensar en el día después”.
En otro orden de análisis, el estudio sostiene que el discurso presidencial “pivoteó, acaso armoniosamente, en dos niveles: la estrategia y los detalles. Sea que se esté o no de acuerdo con la gestión del gobierno para afrontar la crisis de la pandemia, lo cierto es que lo transmitido por el presidente deja entrever la existencia de un plan estratégico que incluye metas, cronogramas de acciones y un sistema de control para monitorear su marcha”.
En ese sentido, sostiene la consultora, lo central de la presentación de las nuevas medidas por parte del Presidente Alberto Fernández “quizás radique en que permite explicar algo que se viene observando desde 40 días en los estudios de opinión pública. Esto es: el superlativo índice de aprobación con que la ciudadanía juzga la gestión del presidente ante la pandemia del coronavirus. En alguna corriente del psicoanálisis suele decirse que el terapeuta produce efectos en la medida en que el paciente lo pone en cierto “lugar del saber””.
A esta altura el informe se permite conjeturar que “la sociedad argentina ha puesto al presidente Alberto Fernández en el “lugar del protector.””
Deja abierto el análisis al sostener que “probablemente cuando el virus se vaya y la economía muestre descarnadamente las heridas infligidas, vendrán otros desafíos que habrá que saber sortear”.