Para el director de la Fundación, Aldo Abram, “Esto es parte del círculo vicioso que mantiene a Argentina en una tendencia de decadencia y crisis recurrentes. El gobierno gasta más, exprime al sector productivo desincentivándolo a invertir y generar empleo productivo formal; por lo que la gente termina con empleos precarios o desocupada. Así que desde el Estado aumentan las erogaciones creando empleo público innecesario y subsidios que son pagados con más presión tributaria sobre el sector productivo que entonces invierte y genera menos puestos de trabajo y, nuevamente, aparece el Estado asistencialista que crece a costa del sector privado”. Agrega, “la idea no es no ayudar a quien coyunturalmente lo necesita; pero hacerlo redirigiendo el gasto público con ese fin. Hoy, la mayor parte de los subsidios van a quienes no lo necesitan, como los de las tarifas de servicios públicos”.
Diego Piccardo, Economista de la Fundación Libertad y Progreso, señala que “dada la alta presión impositiva de Argentina, seguir subiendo impuestos para financiar el enorme gasto público perjudica a todos. No solamente a las empresas que paga definitivamente el impuesto, sino que también lo sufren los trabajadores desempleados que no encuentran oportunidades por la baja rentabilidad que hay nuestro país. De esta manera, terminan consiguiendo empleos informales, con pocas horas de trabajo y mal pago”.
En este sentido, el economista agrega que “la única forma de sacar al 40% de los argentinos de la pobreza es creando empleo de calidad. Para ello es necesario una reforma tributaria que alivie tanto a consumidores como a las empresas para que la economía arranque definitivamente y no transitemos otra década de crisis en crisis”.
Eugenio Marí, Economista, Jefe de la Fundación Libertad y Progreso, dijo que “en Argentina ya existen 165 impuestos y tasas, que no son sino 165 obstáculos al desarrollo de las empresas y de los emprendedores. La intención de seguir creando impuestos solo agrega incertidumbre y aleja las inversiones que tanto necesita el país para empezar a crecer y reducir la pobreza”.
Además agrego que “el impuesto a las ganancias en Argentina, al tener una estructura del tipo ad-valorem, ya es capaz de capturar los mayores ingresos de las empresas. En ese sentido la recaudación del impuesto a las Ganancias es procíclica, cuando los ingresos de las empresas aumentan también lo hace la recaudación y viceversa”.
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