«Etchecolatz se lleva la verdad sobre el destino de nuestros hijos y nietos» afirmaron las Abuelas de Plaza de Mayo
La asociación Abuelas de Plaza de Mayo afirmó que el represor Miguel Etchecolatz, quien falleció este sábado a los 93 años, «mantuvo el pacto de silencio hasta el último día» y murió sin decir «la verdad sobre el destino» de tantos desaparecidos durante la dictadura militar.
«Condenado por centenares de crímenes de lesa humanidad, a los 93 años, murió el genocida #Etchecolatz que hasta el último día mantuvo el pacto de silencio. Se lleva la verdad sobre el destino de nuetrxs hijxs y nietxs, pero logramos justicia y memoria para sostener el #NuncaMas», afirmó en su cuenta de Twitter el organismo que encabeza Estela de Carlotto.
La referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Taty Almeida, sostuvo que el represor Miguel Osvaldo Etchecolatz falleció «sin arrepentirse de todos los crímenes que cometió y sin decir nada sobre Julio López» y consideró que «jamás va a descansar en paz».
Condenado por centenares de crímenes de lesa humanidad, a los 93 años, murió el genocida #Etchecolatz que hasta el último día mantuvo el pacto de silencio. Se lleva la verdad sobre el destino de nuetrxs hijxs y nietxs, pero logramos justicia y memoria para sostener el #NuncaMas pic.twitter.com/lbyQu1RiEH
— Abuelas Plaza Mayo (@abuelasdifusion) July 2, 2022
«Efectivamente se ha ido sin arrepentirse de todos los crímenes que cometió y sin decir nada sobre Julio López. Fue, es y será un ser despreciable, estoy segura que jamás va a descansar en paz», afirmó Almeida en declaraciones para C5N.
El exdirector de la Policía Bonaerense y mano derecha del general de brigada Ramón Camps, durante la dictadura cívico militar falleció a los 93 años, y su figura será recordada en la historia argentina por ser uno de los principales responsables y ejecutores del período más oscuro del país.
Su nombre quedó asociado con la desaparición de Jorge Julio López, en plena democracia, luego que la declaración judicial del albañil como testigo fuera determinante en una causa en contra del expolicía, y por la cual fue condenado a reclusión perpetua.
Para la referente de Madres de Plaza de Mayo es «insólito» que los genocidas condenados «se están muriendo y jamás hablan ni se arrepienten».
«Más de uno dijo que lo volvería a hacer, se están muriendo y nosotras también, nos estamos muriendo sin tener la satisfacción de que digan que hicieron con nuestros hijos», añadió.
Por estos motivos, Almeida consideró que tanto Etchecolatz, como el resto de los represores, «jamás van a descansar en paz».
«La lucha continua, hay que hacer lo que las Madres hacen hace 45 años, la única lucha que se pierde es la que sea abandona y un pueblo sin memoria corre peligro de que se vuelva a repetir la historia», concluyó.