Entrevista| Silvina Soria: Fue piquetera ahora es “influencer sexual” y sueña con ser Diputada Nacional
Corría el año 2001. La Argentina se encaminaba a uno de los estallidos sociales más grande de su historia. El hambre, la falta de trabajo, la pobreza y la desigualdad emergían como respuesta natural a casi 10 años de neoliberalismo crudo. A lo largo y ancho del país los humildes, los olvidados, los que el “sistema” había dejado afuera comenzaban a agruparse y, en masa, a levantar su voz oprimida.
El “Movimiento Piquetero”, surgido a mediados de los ´90 comenzaba a tomar relevancia en la agenda diaria del país. Ante el fracaso inminente de la Alianza, las organizaciones sociales “ganaban la calle” pero ahora con una inusitada proyección política nacional. Se convertóan en mucho más que “una forma de protesta contra las políticas de estabilización”.
Entre tantas de esas manifestaciones sociales, perdida en un sinfín de rostros que parecieran no tener nombres, ni apellidos, ni identidad marcha una niña. Su mano izquierda es sostenida por su mamá y su mano derecha por su hermana.
Esa joven hoy tiene 35 años, la mano de su mamá no está ya en el plano físico, pero sin dudas contempla desde algún lugar como aquel rostro anónimo actualmente cuenta con 32 millones de reproducciones en Tik Tok.
El voluptuoso cuerpo de esa chica es ahora furor en redes sociales y sus contenidos eróticos cotizan alto en páginas como “Only Fans”. En #CincoDias dialogamos en exclusiva con «la mujer del momento». Hoy te contamos la historia de Silvina Soria y como pasó de “cortar puentes y rutas” a ser una reconocida “influencer sexual”.
Está separada, tiene tres hijos. Su mirada aun parece ser la de aquella pequeña que desfilaba con madre de la mano, sus ojos brillan cuando habla y se pierde su mirada en el horizonte, como dejando entender que en su mente se suceden una y otra vez las instantaneas de aquellos años, dejando traslucir el camino alcanzado, al tiempo que sus palabras narran los momentos transitado.
“Cuando tenía 15 años teníamos necesidad. No había que comer. La plata no alcanzaba. Mi mamá nos llevaba a mí y a mi hermana más grande a estos lugares, donde nos daban mercadería: fideos, arroz, aceite, polenta, una miseria” recuerda.
“En ese momento tambíen nos llevaban a cortar el puente Pueyrredón por 150 pesos, ese era el monto del plan social” era “necesario para recibir el Plan” dice que reiteraba su mamá.
“Había que rebuscársela: hacíamos pastelitos, tortas fritas, buñuelos y salíamos a vender a las puertas de los colegios y de las fábricas” detalla al momento de describir su adolescencia.
“Yo me daba cuenta de que no valía la pena, que nos estaban manejando, hasta el gobierno nos estaba usando…pero ¿qué pasaba? Mi mamá estaba metida ahí y como que te lavan el cerebro y también te amenazan: ‘Si faltás al piquete, te sacamos el plan’” reconoce con pesar.
Y si acaso hasta acá la vida ya venía pegando duro en el seno de la familia, en 2013 había tiempo para una estocada mayor, cruel, de esas que hieren en lo profundo: “Un día, regresábamos de una marcha, mi mamá discutió con un hombre de la organización, se armó una pelea y la terminan matando” cuenta y el silencio se apodera del momento por breves segundos.
Entonces la vida de Silvina comienza a tomar un nuevo rumbo. El padre decide dejar el terreno donde vivían. Se mudan y hubo que “rebuscársela”.
“Pase por todos los trabajos: estuve en una fábrica de helados, fui cajera de supermercado, playera en varias estaciones de servicios y promotora” describe.
Es aquí cuando comenzó a notar que las miradas de los fotógrafos se adueñaban de ella en cada presentación. Los trabajos para modelar en ropa interior no tardaron en llegar y cuando vio los resultados del proceso de producción de una de ellas, es que pensó entonces que esa podía ser una nueva faceta en su vida.
Sin en el estallido que implicaría la llegada de Tik Tok o las páginas de contenido de adultos, comenzó a comenzó a grabar y vender videos eróticos y porno a pedido de clientes en Facebook.
“Yo elijo comercializar mis videos. No es un trabajo para cualquiera, hay que ser viva, saber vender, yo les mando una foto a mis seguidores y los mantengo calientes, hago que quieran más. Hay que ser buena vendedora, buena convenciendo, no es solamente ponerse una bombachita y tirarse en la cama…” confiesa.
A la hora de definir su trabajo no duda: “Soy influencer sexual, publico imágenes en mis redes sociales y me siguen muchas personas en TikTok”.
Y, claro está, tiene su propio Only Fans donde vende contenido erótico, cuya paga se esa en dólares.
“Ahora me dedico full time a esto, puedo darle un colegio privado a mis hijas, vivir bien, irme de vacaciones y todo desde casa. Organizo mi tiempos, mis horarios y no gasto en viajes” destaca.
Aunque claro no todo es color de “rosas” en la vida de la influencer: los “hasters” (Sustantivo del inglés que se puede traducir como ‘odiador’, o persona ‘que odia’) son un “dolor de cabeza”.
“Los tengo identificados y denunciados, son un grupo de personas que responden a modelos famosas que también están en la venta de contenidos como yo y me denuncian las cuentas, me las cierran o las bloquean para que no pueda seguir creciendo. Pero ya no ocupan lugar en mi cabeza: me cierran un cuenta yo les abro cuatro más” detalla Silvina.
La hora de buscar a sus hijos del colegio se acerca y la entrevista tiene los minutos contados. La política se cuela en un último párrafo: “Siempre me gustó la política, está en mi vida desde siempre, tengo opinión formada y me animo al debate. En mis redes incluso más de alguna vez deje clara mi postura. Ahora me identifico con los ideales de “Libertad Avanza” refiere.
Incluso hace unos meses forma parte de la militancia que coordina Arnaldo «Pepo» Díaz, referente de Javier Milei en Avellaneda.
“Estoy trabajando con ellos en darle fuerzas a la candidatura de Milei de cara a las elecciones de 2023” confiesa y deja una frase que apunta a su futuro: “por ahora estoy militando, pero sueño con llegar a ser Diputadas”. Para una mujer que supo sobresalir de situaciones complejas, más que un anhelo parece ser la antesala de un hecho concreto.
Para CincoDias por Juan José Postararo