Como proteger a los Niños de las Picaduras de Mosquitos
El calor, la humedad son una combinación que pueden ser potenciales para la crianza de mosquitos transmisores de diversas enfermedades potencialmente graves como dengue, chikungunya, zika o fiebre amarilla y otras menos frecuentes en nuestro medio como paludismo, filariasis, encefalitis de San Luis, encefalitis equina y encefalitis del Valle del Nilo, entre otras.
Desde #CincoDias alcanzamos las recomendaciones de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) a los efectos de proteger, a los niños principalmente, de las picaduras.
Entre otras medidas para evitar picaduras y reducir la propagación de los mosquitos se recomiendan una serie de medidas ‘individuales’, como utilizar ropas adecuadas frescas, de colores claros, de mangas largas y pantalones largos (siempre que los niños se encuentren en el exterior), colocar tul sobre las cunas y cochecitos, mantener el pasto corto, usar mosquiteros en buen estado en las ventanas y puertas, eliminar o colocar boca abajo los recipientes que puedan tener agua estancada (ya sea dentro o fuera de la vivienda), cambiar el agua de los floreros y de los bebederos de las mascotas a diario, mantener libres de hojas los desagües de los techos, dejar tapados los tanques de agua, y utilizar repelentes, preferentemente los que contienen DEET (N,N-Diethyl-m-toluamida); los que deberán aplicarse con la frecuencia especificada en la etiqueta del producto y recién a partir de los 2 o 6 meses de edad del niño, también estipulado en las advertencias según el nivel de concentración del principio activo de cada repelente.
Particularmente en aquellos repelentes en aerosol los especialistas de la SAP recomiendan no rociarlo en forma directa sobre la piel del niño ya que podría llegar a inhalarlo, sino aplicarlo sobre la mano del adulto y luego distribuirlo sobre las zonas expuestas, exceptuando las áreas debajo de la ropa, alrededor de los ojos, la boca y las manos, para evitar que se lo ingieran; no se debe aplicar tampoco en forma conjunta con el protector solar sino 30’ después, ya que combinados aumentan el nivel de toxicidad.
Se recomienda especial cuidado con el zika en las embarazadas por el potencial riesgo de presentarse, en el recién nacido, anomalías en el desarrollo neurológico. En zonas donde circula el zika se debe insistir sobre la importancia de los controles médicos de la embarazada y la necesidad de evitar el contacto con el vector. Por otro lado, se realizará el seguimiento de todo recién nacido con anomalías congénitas, a través de equipos multidisciplinarios. También es importante el seguimiento de los recién nacidos sin anomalías a fin de detectar la aparición tardía de cualquier trastorno neurológico.
Ante la aparición de cualquiera de los síntomas antes mencionados y la sospecha de la presencia de alguna de estas condiciones, Abate recomendó consultar precozmente y no automedicarse, cumplir con las indicaciones médicas, restringir el contacto con otras personas, no ir al trabajo ni realizar visitas hasta el alta y eliminar de su casa objetos que puedan servir de reservorio para huevo de mosquitos.