La pareja punk que redefinió el amor y el compromiso
La partida de Nora Forster ha puesto de relieve no solo su papel como esposa y paciente, sino también su notable trayectoria más allá de los obituarios. Nacida en Munich, Forster se convirtió en un ícono del movimiento punk después de mudarse a Londres en la década de 1970.
En su compleja biografía, Forster desempeñó varios roles: hija, esposa, madre y abuela. Hija de Frank Karl Maier, destacado editor y fiscal en juicios contra los nazis, Forster se casó con John Lydon, también conocido como Johnny Rotten, líder de los Sex Pistols. Fue madre de Ari Up, alma de The Slits, una influyente banda punk femenina, y abuela de sus tres nietos tras el fallecimiento de su hija en 2010 a causa de cáncer de mama.
El álbum familiar de Forster está lleno de vínculos que reflejan el espíritu del punk, capturado en fotografías que cuentan historias de amor y cuidado. A pesar de su diagnóstico de Alzheimer, vivió hasta los ochenta años, con Lydon asumiendo el papel de cuidador a tiempo completo. Para él, era una cuestión de protegerla de cualquier explotación.
Antes de su unión con Lydon, Forster estuvo casada con Frank Forster, una figura destacada en la escena musical de los años sesenta. Su traslado a Londres buscaba escapar de una sociedad alemana represiva, donde sus vecinos solían quejarse de sus fiestas. Sin embargo, fue en la capital británica donde Forster se convirtió en un imán para músicos legendarios, con anécdotas que sugieren que artistas como Jimi Hendrix, Wishbone Ash y Yes frecuentaban su hogar.
Su relación con Lydon, marcada por una diferencia de edad de catorce años, comenzó en la boutique de Vivienne Westwood en King’s Road en 1975. Juntos, formaron una pareja icónica del movimiento punk, con Forster ejerciendo un papel fundamental como apoyo emocional y patrocinadora de bandas emergentes.
Ahora, en medio del duelo público por su pérdida, resuenan las palabras de Lydon sobre el deseo de morir al mismo tiempo que su esposa.
«Si uno de nosotros se va antes que el otro, sera como un asesinato para el sobreviviente. Ella es mayor que yo, pero las mujeres viven mas, asi que deberiamos morir exactamente al mismo tiempo. Eso seria perfecto»
Aunque su deseo no se cumplió, la historia de amor y cuidado entre Nora Forster y John Lydon sigue siendo un legado imborrable en la historia del punk.