Cruzamos el Atlántico en el Costa Fascinosa| Arranca la Travesía
Capítulo I
Estudios revelan que nuestro cerebro experimenta diferentes sensaciones en el momento uno en que empezamos a gestar nuestras vacaciones. Cuándo nuestro cuerpo le trasfiere la información de que estamos finalmente iniciándolas, comienza al unísono una inconsciente mejora en nuestra salud mental, precisamente, al comenzar a reducir los niveles de estrés crónico. Estando ociosos nuestro cerebro será capaz de revertir, al menos de forma temporal, los efectos negativos de estar estresados. Y aquí viene la clave: para que de verdad sean efectivas, es importante conseguir que nuestras vacaciones nos liberen realmente del estrés del trabajo. Es decir, evitar continuar con tareas pendientes, responder correos electrónicos, etcétera.
Una alternativa interesante es comenzar una travesía a lo largo del Océano Atlántico. Y si a esto le sumamos la posibilidad de disfrutar los servicios de un All Inclusive, el combo parece ser perfecto.
Bajo estos axiomas es que, en #CincoDias, decidimos embarcar en el Fascinosa, una de los navíos predilectos de la Empresa Costa Crucero, para dejar Buenos Aires y terminar en Savona, Italia.
A través de una serie de informes especiales, vamos a mostrarte en detalle este fascinante viaje, los rincones de uno de los Cruceros más importantes que tiene la Compañía y entrevista en donde revelaremos los secretos de su cocina y conoceremos al Capitán, que nos detallará la complejidad de cruzar el basto océano y su particular relación con Buenos Aires.
El Barco
El itinerario comprendía abordar en el Puerto de Buenos Aires, el majestuoso barco que llegaba de la vecina Montevideo. Rio de Janeiro y Recife, en Brasil, serían las paradas anteriores a largarse de lleno en un cruce de Continente, con pasada obligada por el Ecuador, para tocar Islas Canarias. Barcelona y Marsella serían las últimas escalas antes de desembarcar en la “casa” de la Empresa: la bella Italia.
Inaugurado en el año 2.011, el Costa Fascinosa, comprende 290 metros de eslora por 36 de manga, 13 cubiertas y 1.508 camarotes. Con una capacidad para alojar hasta 3.800 pasajeros y una tripulación compuesta por 1.100 personas.
Desembarcar en el puente principal, con sus ascensores vidriados, es interpelar un homenaje al teatro y al gran cine, inspirado en personajes, historias y óperas memorables: Aida, Tosca, Zhivago.
El Fascinosa encanta y sorprende a cada momento e invita al entretenimiento en todas sus formas, desde los espectáculos nocturnos hasta el relax en el Spa o en la piscina.
Pensado, no sólo para transpórtanos a destinos turísticos fascinantes, el navío acoge los estandartes de comodidad más altos y condiciones para satisfacer hasta a los más exigentes de los viajeros.
Entre sus puentes vamos a encontrar 4 piscinas y 5 jacuzzis. En caso de mal tiempo, la piscina Lido Blu Moon cuenta con un techo retráctil, para que el confort no sea interrumpido.
El descanso tampoco está librado al azar. A bordo de este maravilloso barco encontraremos camarotes equipados con baño privado, una cama doble o dos camas dobles, TV, caja fuerte y secador de pelo.
Los viajeros que deseen disfrutar del paisaje durante todo el crucero, cuentan con la posibilidad de reservar camarote exterior (con ventana) o uno con balcón.
Las suites, cuya superficie oscila entre 33 y 43 metros cuadrados, ofrecen un mayor confort y, además de todo lo anterior, cuentan con una zona de estar y un balcón.
La Gastronomía es otro de los puntos que sobresale al momento de navegar: incluye restaurantes, bares y salones, cada uno de ellos con una atmósfera diferente.
El restaurante gourmet Il Gattopardo, ubicado en las cubiertas 3 y 4, tienen capacidad para recibir a 1.000 comensales en cada servicio y eso lo convierte en el más grande del barco.
Para los amantes de las pizza emerge la Pizzería Pummid’Oro, Después, como broche final dulce, nada mejor que acercase a la Gelateria Amarillo, donde el viajero podrá saborear cremas heladas artesanales fabricadas a bordo y de una excelencia de primer nivel.
Imposible no ocupar una de las noches en el exclusivo Restaurante Archipiélago, con un diseño innovador y sostenible. Cuenta con un Menú especial ideado por tres chefs de fama mundial, todos galardonados con Estrellas Michelin: Ángel León, Bruno Barbieri y Hélène Darroze
Lo más chicos con su espacio personal
Pensado para el disfrute de todas las edades, el Fascinosa, cuanta áreas especialmente dedicadas a las infancias. El llamado Squok Club, es donde se dan cita los jóvenes pasajeros y conducirá a jornadas de juegos y amistad, en la zona conocida como Teen Zone.
Dependiendo de su edad, podrán participar en numerosos, en divertidas actividades, en torneos deportivos, en veladas temáticas, entre otros.
También tendrán acceso a la sala de videojuegos y, además, disfrutarán del sol en la piscina Lido Incantesimo con su tobogán gigante o en la piscina Aqua Park y su castillo de cuento de hadas.
El Puente 9
De todos los lugares que tiene el Fascinosa, el Puente 9 es, por lejos, el más concurrido a diario. Mientras en la popa, unas reposeras invitan a disfrutar el surco espumoso que dibuja la quilla del Crucero, en su cansino pero ininterrumpido andar, el sol pega de lleno en el sector donde se ubican las piscinas, el bar de tragos, los jacuzzis y las reposeras que la enmarcan desde los cuatro costados.
Algunos repasan las páginas de su autor favorito. Otros en sus manos custodian el “Oggi a Bordo”, un detallado diario de viaje que cada medianoche es colocado en la puerta de los camarotes y anuncia las actividades del día. Para no perderé nada.
Clase de bailes, juegos, manualidades, torneos de vóley o básquet, visitas guiadas al interior del barco, “¡Bingo, súper bingo!” suena en el altoparlante e invita a jugar en la zona del Casino, con premios en euros que hacen aún más interesante la propuesta.
El barco es una “ciudad andante” que lo tiene todo. Desde deportistas que practican caminatas en la parte superior del Crucero, como los que no abandonan la rutina “de continente” y en altamar acuden al Gimnasio. Están quienes con sus cámaras captan cada instante de naturaleza. Y los que aprovechan las barras de tragos y disfrutan de cocteles con y sin alcohol.
Casi como una postal de lo que sucede en una ciudad de la costa, cuando el sol comienza su descenso tranquilo por el horizonte, el rojizo del cielo se mezcla con el celeste y el reloj anuncia la llegada del atardecer, el escenario se transforma. Algunos estiran las horas en el agua, otros abandonan la zona de comidas y se prestan a ponerse ropa elegante para acudir al teatro, la cena principal y disfrutar de la segunda etapa de la jornada: La Noche.
Pero esto será espacio para un nuevo informe. Porque cuando el cielo se cubre de estrellas, el Fascinosa, se convierte en el escenario de momentos únicos e irrepetibles. El murmullo de las aguas del Atlántico se mimetizan con diferente armonías, ritmos y bailes. La noche en el Crucero es sin dudas, un capítulo aparte, en este extraordinario viaje…
Especial para CincoDia, Postararo Juan José
