Máximo Thomsen rompió el pacto de silencio y di su verrsion del asesinato de Fernando Báez Sosa
El rugbier Máximo Thomsen rompió el silencio y dió su version del asesinato de Fernando Báez Sosa. Su nueva defensa busca que la Justicia reduzca su pena. Otro condenado sigue sus pasos.
Su versión del crimen de Fernando Báez Sosa
Máximo Thomsen, fué catlaogado como uno de los mayores responsables de la muerte de Baez Sosa. Desde la carcel de Melchor Romero en la que dio su versión de los hechos. Se trata de la primera ruptura del pacto defensa unificada que existió entre los jóvenes implicados en el crimen, asesorados por el abogado Hugo Tomei. Ahora, Thomsen, con un nuevo representante legal, apuesta por una nueva estrategia judicial para revertir la condena a prisión perpetua.
Este miércoles por la noche se emitirá por una señal de televisión la segunda parte de la entrevista al rugbier de Zárate, en la que, entre sollozos y remordimientos, repasa los acontecimientos que resultaron en la brutal golpiza del 18 de enero de 2020 en las afueras de un boliche de Villa Gesell.
En febrero de 2023, a Máximo Thomsen, Matías Benicelli, Enzo Comelli y Luciano y Ciro Pertossi se los condenó a prisión perpetua por homicidio agravado por premeditación y alevosía. Mientras que a Ayrton Viollaz, Lucas Pertossi y Blas Cinalli se los sentenció a quince años de prisión como partícipes secundarios de ese crimen.
Después de que la Cámara de Casación ratificara en marzo las penas para los ocho acusados, Thomsen dejó atrás a Tomei y eligió a Francisco Oneto, ex candidato a vicegobernador bonaerense por La Libertad Avanza, como su nuevo abogado. Con este nuevo letrado, el rugbier oriundo de la localidad bonaerense de Zárate buscará torcer su destino.
La nueva estrategia judicial de Máximo Thomsen
En su escrito ante la Justicia, Francisco Oneto, nuevo abogado de Máximo Thomsen, apunta contra la representación legal de Tomei, infiriendo que dejó a su representado en un «estado de indefensión» judicial al privilegiar una estrategia unificada por sobre los roles individuales.
«Las circunstancias hicieron que la asistencia técnica brindada por la defensa no sea efectiva y sustancial, pues la incompatibilidad de intereses entre los imputados impidió que cada uno cuente con la posibilidad de expresarse de forma tal de preservarse totalmente a sí mismo», indica.
En otras palabras, explicó que cada imputado tuvo un lugar diferente en los hechos, por lo que debieron haberse defendido por separado y de acuerdo a su situación.
Thomsen fue señalado durante el juicio como quien golpeó con mayor agresividad a Báez Sosa cuando este ya estaba tirado en el piso. Esto fue ratificado durante el juicio por testigos y peritos de videos, y así lo entendió el TOC N°1. Una de las pruebas más contundentes del proceso fue la zapatilla marca Cyclone, propiedad de Thomsen, en la que se encontró sangre compatible con la de la víctima y cuya impronta fue identificada en el rostro de Fernando durante la autopsia.
No obstante, Oneto apunta directamente contra Enzo Comelli (prisión perpetua), identificado por la justicia como el autor de la primera trompada sorpresiva a Báez Sosa, que lo había dejado en el piso. El planteo del abogado es que debió hacerse un peritaje que determinara con precisión el golpe mortal y que, de ser identificado el de Comelli, «podría haber respondido en solitario como autor de homicidio doloso«.
Por otra parte, Oneto menciona también en su escrito a Blas Cinalli, a quien apunta como el protagonista de la pelea dentro del boliche balneario Le Brique entre el grupo de Baez Sosa y el de los rugbiers, y que detonó la brutal golpiza afuera del establecimiento.
Según argumenta, debido a ese presunto equívoco, a su defendido se le atribuyó la intención de matar a Báez Sosa cuando, según asegura, ni siquiera estaba al tanto de esa pelea y se encontraba en estado de confusión por el modo violento en que los patovicas lo habrían retirado del boliche.
En todos los puntos, el abogado subraya que durante la causa Thomsen fue impedido de aclarar las respectivas situaciones, de pedir peritajes o testimoniales adicionales, por la estrategia unificada de Tomei.
Con qué estrategia avanzará Benicelli
Matías Benicelli, otro de los condenados a prisión perpetua, también decidió cambiar de abogado y luchar por una liberación anticipada de prisión. Su nuevo representante legal, Carlos Attías, criticó que el «derecho de defensa» del joven se vio entorpecida por la estrategia unificada de Hugo Tomei, que derivó en un «conflicto de intereses personales».
En el escrito presentado ante la justicia, Attías indica que el anterior letrado le impidió a su representado declarar en el juicio para dar su versión de los hechos. También lo acusó de no haberle notificado cuando se halló sangre en su pantalón. Por último, insistió en que la familia Benicelli no lo buscó sino que había sido «persuadida» a fin «de no entorpecer la defensa de otros coimputados».
En tanto, la defensa se orienta directamente a sacar al joven de la escena del crimen, al menos en su rol de atacante. Eduardo, el padre de Matías, aseguró en una entrevista televisiva que al mirar los videos que registran el ataque, y en los que sí aparece su hijo, «en ningún lado lo veo pegando«.
Benicelli padre aseveró que está «seguro» de que su hijo no mató a Báez Sosa y que «si tiene que pagar por algo, que pague por lo que hizo, no por lo que no hizo«.
Las posibles idas y vueltas
Las nuevas estrategias individuales de los dos jóvenes se topan sin embargo con un hecho concreto: hasta ahora, las dos instancias judiciales que emitieron sus fallos sobre la causa calificaron a los cinco condenados a perpetua como coautores del crimen. Es decir que, más allá de la participación puntual de cada uno –quién pegó cuál golpe y quién pegó cuál otro, por ejemplo–, la Justicia sigue entendiendo que todos formaron parte del plan premeditado para matar a Báez Sosa. El fallo de origen, por caso, menciona que los cinco «realizaron una conducta indispensable una vez que la víctima se encontró rendido y en estado de absoluta indefensión». Aunque Casación retiró el agravante por «alevosía«, la premeditación y la coautoría se mantienen, y eso dificulta cualquier estrategia para separar responsabilidades.
La otra esperanza, aún más difícil, para los condenados, es que alguno de los tribunales superiores a los que les resta acudir dé por válida la figura alternativa planteada desde los alegatos del juicio por Tomei: el homicidio en riña o agresión, con penas mucho menores a las que actualmente cumplen los ocho jóvenes en la Alcaidía de Melchor Romero. Allí, mientras Thomsen y Benicelli comienzan el camino de sus nuevas estrategias, los tres Pertossi, Cinalli, Comelli y Viollaz todavía continúan bajo la defensa de Tomei.