Tecnología: un virus te chantajea por ver videos para adultos
La compañía de ciberseguridad Check Point ha descubierto un nuevo ataque de ransomware en el que los criminales se hacen pasar por el FBI para exigir a los usuarios el pago de dinero como denuncia falsa por haber visto o descargado videos pornográficos.
El nuevo malware, que se ha bautizado como Black Rose Lucy, afecta a los usuarios de dispositivos móviles con sistema operativo Android. Se descubrió en septiembre de 2018 y se originó en Rusia como una herramienta de malware como servicio.
Este ransomware se oculta a través de 80 variantes diferentes en aplicaciones de reproductor de video aparentemente inofensivas que aprovechan el servicio de accesibilidad de Android para instalar su carga útil sin ninguna interacción del usuario, según informó Check Point a la agencia Europa Press.
Cuando se descarga, Black Rose Lucy cifra los archivos del dispositivo infectado y muestra una nota de rescate en la ventana del navegador que simula ser un mensaje oficial del FBI, en la que se acusa a la víctima de poseer contenido pornográfico en su dispositivo.
Además, se indica que los datos del usuario se han incorporado al Centro de Datos del Departamento de Delitos Cibernéticos del FBI, junto con una lista de los delitos que el usuario supuestamente ha cometido.
Para solventar esta situación, los cibercriminales piden una multa de 500 dólares con tarjeta de crédito y no con Bitcoin, que es la forma más típica de pago de rescates de móviles en los ataques de ransomware.
Lucy utiliza un «ingenioso» método para burlar las defensas de Android y muestra un mensaje pidiendo al usuario que active la optimización de vídeo en tiempo real, informó la compañía de ciberseguridad.
Al hacer clic en OK, el usuario concede al malware el permiso para utilizar el servicio de accesibilidad, lo que permite al atacante hacerse con privilegios administrativos. Los investigadores de Check Point han apodado a este sistema como «el talón de Aquiles en la armadura defensiva de Android».
Una vez aceptado, el ransomware encripta los archivos del dispositivo, almacenando la clave de encriptación en las preferencias compartidas, y finalmente muestra una nota de rescate haciéndose pasar por el FBI.