Europa intenta frenar la segunda ola de casos y Australia opta por el Toque de Queda
Varios países en América Latina y Estados de Estados Unidos, en donde las reaperturas ya habían comenzado, anunciaron nuevas medidas restrictivas, algunas de largo plazo, en una muestra de que los brotes de coronavirus aún no están controlados y posiblemente no lo estén por muchos meses más.
En Australia, la ciudad de Melbourne, vivió hoy su primera jornada de toque de queda nocturno, luego que fuera declarado el «estado de desastre» en el distrito y puestas en vigencia medidas más restrictivas para contener la propagación de la enfermedad.
«La idea de que se dicte un toque de queda nocturno en una ciudad del tamaño de Melbourne era impensable», admitió desde Camberra el primer ministro de Australia, Scott Morrison, quien apuntó que la pandemia obligó al Gobierno a adoptar medidas extraordinarias, según reprodujo la agencia de noticias EFE.
Melbourne, la capital del estado de Victoria, de 5 millones de habitantes, fue reconfinada el 9 de julio pasado, en un intento por mitigar la propagación del virus, que en las últimas cinco semanas alcanzó a unas 9.000 personas tras aparentes fallas en las medidas sanitarias en relación a viajeros internacionales.
En Europa también se están viviendo rebrotes de la pandemia que ya son identificados por las autoridades como una segunda ola de contagios, pero por ahora sólo han probado restricciones limitadas y localizadas, de mucho menor impacto que el toque de queda en Melbourne.
Por ejemplo, Grecia anunció que a partir de ahora y hasta el 18 de agosto será obligatorio el uso de tapabocas no solo en espacios cerrados, sino en espacios al aire libre como las cubiertas de los ferris, un medio de transporte masivo en el país.
La medida la anunció el portavoz del Gobierno, Stelios Petsas, tan solo un día después de que el Ministerio de Política Marítima decidiera aumentar la capacidad de pasajeros de los ferris del 65% al 85%.
Otra de las medidas anunciadas hoy es la ampliación hasta esa fecha de la prohibición de regresar a Grecia a los trabajadores temporario agrícolas, en su mayoría provenientes de países balcánicos, que salgan del país.
Pero mientras en Asia, Oceanía y Europa comienzan a reaccionar ante una cada vez más sólida segunda ola de la pandemia, en el continente americano aún no logran controlar la primera ola.
En Estados Unidos, hace días que el Gobierno de Donald Trump ya no subestima la pandemia y dejó de criticar abiertamente a los gobernadores y alcaldes -aliados y opositores- que volvieron a imponer medidas restrictivas para frenar los contagios masivos.
Hoy, la curva nacional del país más golpeado en el mundo -casi 4,7 millones de casos y más de 155.000 muertos- se mantuvo en la nueva meseta en la que entró en los últimos días, una situación similar a la que vivió Estados Unidos luego que tuvo su primer pico en abril pasado, con epicentro en Nueva York.