«Mis padres se podrían haber salvado», duro testimonio sobre la atención a pacientes con Covid-19
Sasha tiene 18 años y vive en Lomas de Zamora. Acaba de perder a sus padres, un tío y una abuela a causa del coronavirus. Ella y sus cuatro hermanos también contrajeron la enfermedad. En medio de esta dolorosa experiencia, grabó un video que publicó en sus redes sociales, en el que traza una cruda denuncia de la situación del sistema de salud.
«Mis padres se podrían haber salvado. No se salvaron porque no se invierte lo adecuado en el sistema de salud. Los médicos están explotadísimos, los enfermeros y el personal de limpieza también», denuncia Sasha. Agrega también que sus padres, docentes, no tenían obra social por un problema con la jubilación, por lo cual quedaron internado en la Unidad de Primeros Auxilios. «A mi madre (que tenía enfermedades preexistentes) la terminaron derivando, pero mi padre quedó en el UPA. Ahí no tenía frazadas, ni comida, ni agua. Tuvimos que llevarle frazadas porque se moría de frío a la noche».
«¿Qué es esto de dejar a la gente morir de esta manera? ¿Cuánta gente sin obra social se está muriendo? ¿Cuánta gente no puede pagar un médico? ¿Cómo es posible que la cuarentena esté rota cuando el sistema sanitario está desbordando?», se pregunta la joven en el video.
También afirma que ni a ella ni a sus hermanos los hisoparon. «No nos dieron nada». Cuestiona que hay muchas cosas que están pasando que no nos muestran. «No le crean al presidente, ni a los medios se comunicación. La realidad es que están muriendo personas que no son registradas». Y remarca: «A nosotros no nos quisieron venir a hisopar. No quieren gastar en nosotros. Hay un montón de pobres que se están muriendo, mientras los ricos obtienen plasma».
«Cuando fui al hospital vi a la gente retorciéndose del dolor, tosiendo, con fiebre, teniendo que esperar cuatro horas para ser atendida. Había solo dos enfermeros, mientras seguían llegando personas y nunca había menos de diez».
Un desgarrador relato en primera persona del estado crítico del sistema de salud, y de quienes pagan las consecuencias. Más que nunca es necesaria la centralización de todo el sistema sanitario, bajo control de sus propios trabajadores, y terminar con el ajuste destinando el presupuesto correspondiente para evitar un colapso. Las responsabilidades están claras.