El Papa destaca los liderazgos femeninos durante la pandemia
El papa Francisco destaca «el protagonismo» global que tuvieron las mujeres durante la crisis del coronavirus, al dar su visión sobre la pandemia en un nuevo libro en el que, además, denuncia al «periodismo corrupto que desgasta el tejido social» y critica a los negacionistas de la enfermedad.
«Un signo de esperanza en esta crisis es el protagonismo de las mujeres», plantea el Papa en el libro «Soñemos juntos», que se publicará en español en la primera semana de diciembre en base a entrevistas que el pontífice mantuvo con el periodista Austen Ivereigh.
«Las mujeres han sido las más afectadas y las más resilientes en esta crisis. Son las que tienden a trabajar en los sectores más afectados por la pandemia», plantea Jorge Bergoglio en el segundo de los tres capítulos de la obra en la que da su perspectiva de la pandemia y el mundo luego de la difusión del coronavirus.
En esa línea, el Papa sostiene que «los países con mujeres como presidentas o primeras ministras reaccionaron, en términos generales, mejor y más rápido que otros a la pandemia, tomando decisiones con celeridad y comunicándolas con empatía».
En un libro en el que, como en su reciente encíclica «Fratelli tutti», el Papa se dirige en segunda persona al lector, de modo interpelativo, Francisco se refiere también al rol de los medios de comunicación, a los negacionistas de la pandemia y defiende una vez más su idea de un ingreso básico universal.
En el volumen, el Papa denuncia cómo algunos medios de comunicación y líderes políticos han usado esta crisis «para persuadir a la gente de que los culpables son los extranjeros», que la enfermedad de la Covid-19 es un «pequeño resfriado» o que las disposiciones sanitarias «son una exigencia injusta de un Estado intrusivo».
«El periodismo que reacomoda los hechos para defender una ideología de réditos económicos es un periodismo corrupto que desgasta el tejido social», sostiene en esa línea.
De este modo, arremete contra el «victimismo» que han evidenciado algunas de las protestas durante la crisis del coronavirus.
Así, se refiere además a los que reclaman, por ejemplo, que estar obligados a usar la mascarilla «es una imposición injustificada del Estado», y «se olvidan y son indiferentes frente a todos aquellos que, por ejemplo, no cuentan con un seguro social o perdieron su trabajo.
«Se trata de gente que es víctima solo en su imaginación», insiste el Papa.
«Algunos grupos protestaron, se negaron a mantener la distancia, marcharon en contra de las restricciones de viaje, ¡como si estas medidas constituyeran un ataque político a la autonomía o a la libertad individual! La búsqueda del bien común es mucho más que la suma de los bienes individuales», añade.
El Papa destaca además el trabajo que hacen los movimientos populares de todo el mundo, a los que recibió en el Vaticano en 2014 y 2016, y retoma la idea de un ingreso básico universal (IBU) que sea «un pago fijo incondicional a todos los ciudadanos, que podría distribuirse a través del sistema impositivo».
«Políticas como el IBU también pueden ayudar a las personas a combinar tiempo dedicado a trabajo remunerado con tiempo para la comunidad», plantea en el libro, antes de proponer también el debate sobre «una reducción en el horario de trabajo, con el ajuste correspondiente, lo que paradójicamente puede aumentar la productividad».