Greenpeace celebra proyecto de ley que mitigaría el descontrol pesquero en el Mar Argentino
A un año de la expedición de Greenpeace por el Atlántico Sur como parte de su campaña por la protección del Mar Argentino, la organización ambientalista celebra el proyecto de ley de Área Marina Protegida Bentónica en el Agujero Azul, zona que alberga ecosistemas únicos con biodiversidad silvestre icónica, como la ballena franca austral y otras especies clasificadas en peligro de extinción. Ubicado al límite de la zona económica exclusiva (ZEE) a la altura del Golfo San Jorge , es una de las dos áreas exclusivas a nivel mundial en aguas internacionales donde se realiza la mayor parte de la pesca de arrastre en el fondo marino.
“Habiendo navegado por el Agujero Azul, a lo largo de la plataforma continental patagónica, zona donde llegan más de 400 buques pesqueros que aprovechan el vacío legal de las aguas internacionales, desde Greenpeace apoyamos este proyecto de ley que propone convertir esta zona en Área Marina Protegida. Sin dudas es un primer paso para la protección de este sitio único en el Mar Argentino más allá de la zona económica exclusiva” sostuvo Luisina Vueso, coordinadora de la campaña por la protección del Mar Argentino de Greenpeace.
El informe de Greenpeace, “Protejamos al Mar Argentino de la pesca destructiva” revela cómo los buques pesqueros de distintos lugares del mundo llegan a esta región a pescar con técnicas dañinas para el medio ambiente e incurren en prácticas ilegales. En su recorrido de treinta días por el Atlantico Sur, la organización ambientalista llegó hasta el Agujero Azul y pudo evidenciar un descontrol pesquero al límite de la ZEE argentina: ecosistemas marinos devastados, contaminación, desregulación e incluso violación a los derechos humanos.
“La intensidad de la actividad pesquera establecida desde hace ya 50 años en esta región amenaza el hogar de animales en estado frágil y en peligro de extinción que se instalan allí para alimentarse pero se ven forzados a convivir con estos depredadores insaciables, los buques pesqueros. Además, la densidad de esta práctica es tal que se evidencia un suelo marino devastado y contaminado por residuos que tiran al mar”, sostuvo Luisina Vueso, coordinadora de la campaña de Océanos de Greenpeace.
Entre las prácticas se pudo evidenciar las nocivas técnicas de arrastre de fondo y palangre. Según la investigación de Greenpeace, debido a las falta de regulación se encontraron con embarcaciones con sus sistemas de posicionamiento satelital (AIS por sus siglas en inglés) desactivado, a pesar de que la normativa pesquera de sus banderas les exige esté siempre prendido, y también con información de posicionamiento falsa y manipulada por algunos buques.
Según se establece en el proyecto de ley, gracias a la ampliación de la plataforma continental del Mar Argentino aprobada por Naciones Unidas en 2016, Argentina tiene una oportunidad única de dar un primer paso para proteger el ecosistema del Agujero Azul, asegurando su conservación.
Asimismo, la campaña de Greenpeace busca que se apruebe en las Naciones Unidas un Tratado Global de los Océanos que permitiría la creación de una red de santuarios oceánicos en aguas internacionales, siendo el Agujero Azul parte de esta red. “Los gobiernos del mundo en la ONU tienen la oportunidad histórica de proteger al menos el 30% de los océanos para 2030. En complementación con este tratado, el cual Argentina ha estado impulsando y liderando en este sentido a los países de la región, el proyecto de ley del Agujero Azul aseguraría la protección del Mar Argentino, su rica biodiversidad y sus ecosistemas”, resaltó Vueso.