La agenda sin grieta. Por Dina Rezinovsky*
Empiezo por nombrar esa palabra que tanto nos cuesta a los políticos: autocrítica. No porque es algo que que el pueblo nos exige a la clase dirigente – últimamente de manera masiva – sino porque es la única forma de la cual podremos algún día construir una agenda sin fisuras, chicanas y con una mirada más sensible y cercana a las necesidades del pueblo. Urge trabajar la agenda sin grieta, esa que está en las calles.
Estos últimos meses claramente se estuvo siguiendo una agenda muy personalista e individual, de un proyecto político que regresó al poder con ansias de impunidad y venganza cuando había prometido moderación y volver mejores y una oposición que, a pesar de gritar con todas las fuerzas, no logra ser escuchada.
Mientras el Poder Ejecutivo toma decisiones que profundizan la crisis económica y no muestra un horizonte claro, las cabezas del Poder Legislativo llevan una agenda opuesta a la necesidad de la población y acallan las voces de quienes representamos a la mitad del país que no los eligió como opción el año pasado. Nos ponen una mordaza al torcer reglamentos, forzar votaciones y avanzar a pesar de las violaciones a la Constitución. Todo esto con la anuencia de un sector que también le da la espalda a la porción de pueblo que los había elegido como alternativa.
Lo que está pasando en Argentina reviste una gravedad de la que creo que aun no somos conscientes del todo. Aunque muchos ya entendimos que si no frenamos esto vamos camino sin escalas a vivir una realidad similar a Venezuela, con una oposición acallada, jueces adictos y la democracia en peligro, creo necesario que podamos despertar a esa parte de la población que aún cree que el país puede mejorar tomando este sendero. El socialismo al poder es peligroso, más cuando resurge desde la venganza.
La agenda sin grieta es la de don José, el comerciante de toda la vida que vivió muchas crisis económicas pero esta lo terminó por derrotar. La de los estudiantes que este año tenían su último tramo de carrera o la de millones de alumnos que no alcanzarán los contenidos acordes a su año escolar. La de los sectores que están en crisis por la mala gestión de una cuarentena que se volvió eterna.
No hay grieta en la agenda de miles de familias que viven del turismo y que no fueron acompañados ni tenidos en cuenta en su situación actual y a los que no se los escuchó para comprender sus verdaderas necesidades. Es una sola la agenda de los que hace meses reclaman medidas que no los ahoguen más profundo en un océano de deudas.
A pesar del distanciamiento social, preventivo y obligatorio una gran masa de argentinos decidió salir a las calles al grito de República y Democracia. Y no responden todos a un mismo sector político, lo cual autentifica el reclamo. Gente que se cansó de esperar, de aguantar y de ser solidarios mientras se coartan sus derechos.
No podemos seguir con agendas egoístas y personalistas mientras la gente muere por la inseguridad o mientras sufre por no poder despedir con dignidad a sus seres queridos, porque hasta este punto hemos llegado. Es incoherente votar beneplácitos en el Congreso, mientras hay desaparecidos y violencia institucional en medio de la pandemia. Es preocupante liberar presos por corrupción mientras las causas están activas y ese dinero que falta podría estar siendo usado ahora para paliar la crisis.
Es incoherente que la Justicia allane la vivienda del expresidente por violación de cuarentena pero haga la vista gorda a la foto post almuerzo en la Quinta de Olivos o no escuche al presidente diciendo que los domingos recibe a gente querida para compartir la mesa. Estas agendas muestran a la clara un ensañamiento y provocación permanente a la oposición.
Necesitamos dejar de hablar de Reforma de la Justicia cuando hay gente padeciendo hambre y la pobreza incrementando velozmente al mismo tiempo que los niveles de indigencia. No hay que plantear nuevos impuestos que le pongan la soga en el cuello a quienes pueden generar empleo para salir de la crisis pospandemia. Es injusto legislar fuera de reglamento, y ponderar la remoción de jueces cuando hay pymes muriendo en cada minuto que pasa sin trabajar en una solución permanente y no en parches momentáneos. La Argentina nos necesita y más que nunca. Hoy tenemos el desafío de trabajar la agenda sin grieta, la agenda del pueblo.
Dina Rezinovsky es diputada nacional de Juntos Por el Cambio por la Ciudad de Buenos Aires