La media sanción de la fórmula de movilidad perjudica una vez más a los jubilados. Por Alejandro Cacace*
En este año se ha realizado un ajuste profundo y sistemático sobre los haberes previsionales.
Primero, por los aumentos por decreto, sobre los que ya pesa una declaración de inconstitucionalidad, los jubilados perdieron entre $1.000 y $18.000 pesos de sus haberes, recibiendo aumentos entre 7% y 18% menos que les hubiera correspondido por la Ley de movilidad.
Luego, con el presupuesto 2021 se aprobó un gasto en jubilaciones inferior a la inflación prevista por el propio Gobierno, lo que llevó a la Oficina de Presupuesto del Congreso a decir que habrá una caída de las jubilaciones en términos reales el año próximo. Esto será aún más grave si la inflación alcanza el nivel del 50% previsto por el relevamiento de expectativas del mercado del Banco Central, con lo cual los haberes llegarían a perder hasta el 20% el año entrante.
Como si ello fuera poco, con la nueva fórmula el periodo sobre el cual se calculará el aumento de marzo próximo no tendrá en cuenta el tercer trimestre de este año (como inicialmente se había anunciado), por lo cual se despoja a los jubilados de una porción del aumento. En total, según las propias estimaciones de ANSES, el aumento de marzo se proponía en 11,9%. Ahora, con las modificaciones en el Senado, sólo será del 6,1%, perdiendo así los jubilados casi 6%. Esto, cabe resaltar, es superior a lo que hubieran perdido si el aumento de 5% de diciembre se tomaba como pago a cuenta del de marzo de 2021.
Resulta claro que el único objetivo perseguido por el gobierno, al suspender y ahora intentar reemplazar a la fórmula de movilidad del 2017, ha sido ahorrar en gasto público a costa de los jubilados, en el momento de mayor vulnerabilidad para ellos. Según estimaciones de IERAL de Fundación Mediterránea, el ahorro fiscal será cerca de $100.000 millones de pesos.
Al eliminar la variable de inflación de la fórmula se les quita a los jubilados la única garantía de preservar el poder adquisitivo de los jubilados. Esta variable es la más utilizada en el mundo para actualizar los haberes, porque tiene la virtud de proteger su valor de compra aún en momentos de recesión y alta inestabilidad económica, como sucede en la Argentina. En los últimos 60 años nuestro país ha transitado 14 períodos recesivos, por lo que seguro a largo plazo, con esta receta, los jubilados van a perder.
No vamos a permitir que este ajuste continúe y por eso no vamos a acompañar una fórmula que no contenga, al menos como piso, la inflación. En este momento, debemos proteger a los jubilados y no utilizarlos como instrumento de ahorro fiscal.