Desidia Fiscal: Hasta noviembre la asistencia del BCRA representó el 92,35% del déficit fiscal financiero
Los economistas afirman que las consecuencias se verán impresas en la aceleración de la inflación para el año que viene.
En el 2020, las cuentas fiscales se deterioraron fuertemente. La fuente de financiamiento que prevaleció este año fue la asistencia del BCRA a través de Adelantos Transitorios (AT) y Transferencias de Utilidades (TU). Los gastos sanitarios y asistenciales, sumados al congelamiento de tarifas y la inacción del gobierno en reducir el gasto público superfluo, explican gran parte del déficit actual.
Diego Piccardo, Economista en la Fundación Libertad y Progreso explicó que “Argentina, a diferencia de otros países de la región, no tiene la posibilidad de financiar los gastos extraordinarios producto del COVID-19 pidiendo prestado al mercado voluntario de deuda, como hizo Perú hace poco colocando deuda a 100 años a una tasa del 3,23%, impensado para nuestro país”.
Además el economista agregó que “la prácticamente completa monetización del déficit fiscal trae aparejado una devaluación del poder adquisitivo del peso. Las expectativas que tenemos los argentinos para el año que viene tampoco generan confianza en que el peso pueda mantener su valor, ya que el Ministro Guzmán ya afirmó que planea financiar un 60% del déficit con emisión monetaria. Este factor deja a la inflación presupuestada del 29% para el 2021 como un simple deseo del Ministro” concluyó.
El especialista asegura que mercado financiero internacional “seguirá cerrado” ya que solo estarían dispuestos a prestarnos a tasas muy altas (cercanas al 17% en dólares), por lo que la única deuda que puede tomar el gobierno es en el mercado local, indexando el capital a la evolución de la inflación (CER) o al dólar oficial (dólar Linked). Cabe destacar que el mercado financiero local es pequeño respecto a las necesidades del fisco.
Hasta que los gobernantes no muestren un compromiso férreo de equilibrio fiscal, los argentinos buscarán defender sus ahorros en monedas extranjeras que cumplan el rol de reserva de valor, o en bienes durables.