La justicia británica rechazó la extradición a EEUU del fundador de WikiLeaks
Una jueza británica anunció este lunes que no autorizará la extradición del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, a Estados Unidos, debido a preocupaciones en torno al impacto sobre su salud mental.
«Considero que el estado mental del señor Assange es tal que sería opresivo extraditarlo a Estados Unidos», escribió la magistrada Vanessa Baraitser, de la corte penal de Londres, en su sentencia, informó la agencia de noticias AFP.
Assange, de 49 años, es reclamado por la Justicia estadounidense, que quiere juzgarlo por haber publicado documentos militares y diplomáticos estadounidenses secretos y que lo acusa de cargos de espionaje por lo que podría recibir hasta 175 años de cárcel.
Estados Unidos dice que Assange puso en peligro la vida de sus informantes con la publicación de los documentos secretos sobre las acciones militares estadounidenses en Irak y Afganistán, que revelaron actos de tortura, muertes de civiles y otros abusos.
El activista australiano y sus abogados rechazan los cargos y dicen que el caso tiene motivaciones políticas, y que una extradición y un juicio contra Assange en Estados Unidos supondría un duro revés a la libertad de expresión y el derecho a la información
La jueza detalló evidencia presentada por la defensa de las intenciones suicidas de Assange y dijo: «La impresión general es la de una hombre deprimido y por momentos desesperado», informó la cadena BBC.
La decisión de Baraitser se basó en que «la salud mental del señor Assange se deterioraría, dándole motivos para cometer suicidio llevado por la ‘determinación obsesiva’ de su trastorno de espectro autista».
La resolución de la jueza puede ser recurrida por ambas partes, lo que podría prolongar la larga saga judicial que rodea al periodista y activista australiano.
Estados Unidos tiene ahora un plazo de 14 días para recurrir esta decisión y su representante legal afirmó ante la corte que así lo hará.
Por su parte, la defensa de Assange anunció que pedirá la libertad bajo fianza de su cliente.
Los problemas legales de Assange comenzaron en 2010, poco después de que su web WikiLeaks publicase 700.000 documentos militares y diplomáticos confidenciales que pusieron a Estados Unidos en más de un aprieto.
Entre ellos figuraba un video en que se veía cómo helicópteros de combate estadounidense disparaban contra civiles en Irak en 2007, matando a una docena de personas en Bagdad, incluidos dos periodistas de la agencia de noticias Reuters.
La abogada Stella Morris, compañera sentimental del australiano con quien tiene dos hijos, quien llegó al tribunal hoy, dijo ayer al diario alemán Der Spiegel que «la defensa de Julian se ha visto seriamente obstaculizada» en la prisión londinense de alta seguridad Belmarsh, donde lleva 20 meses recluido desde su espectacular detención en abril de 2019 dentro de la embajada de Ecuador en Londres, donde vivió refugiado siete años.
La defensa del australiano, coordinada a nivel internacional por el exjuez español Baltasar Garzón, denunció en el pasado que el presidente estadounidense, Donald Trump, quería hacer con él un castigo «ejemplar» en su «guerra contra los periodistas de investigación» y que Assange no tendría un juicio justo en Estados Unidos.