El gobierno italiano pide a sus Diputados «voto de confianza» de cara a las elecciones 2021
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, se presentará en la Cámara de Diputados de su país para buscar un «voto de confianza» que le permita mantener su Gobierno tras la salida del grupo que responde al ex premier Matteo Renzi, y que mañana deberá revalidar en el Senado.
Conte, al frente del Ejecutivo desde septiembre de 2019, buscará desde las 12 locales (8 de Argentina) que los diputados ratifiquen su presencia en el poder a través de una votación en la que deberá obtener la mayoría de los 630 miembros de la Cámara.
El Gobierno de Conte entró en una crisis política luego de la salida la semana pasada del grupo Italia Viva, fundado por Renzi, y que aportaba 30 Diputados y 18 Senadores a la coalición de centroizquierda que también integran el Partido Democrático (PD), el Movimiento Cinco Estrellas (M5E) y Libres e Iguales (LeI).
Con una votación que en Diputados se muestra favorable a la ratificación de Conte, el premier debe mantener la cohesión en los bloques del Cinco Estrelas, que tiene 191 legisladores; el PD, con 92 miembros y los 12 de LeI, a los que se agregan gran parte de los 50 que integran el denominado Grupo Mixto y que históricamente han votado a favor de Conte.
En las últimas horas, además, los diputados de IV Vito De Filippo y Michela Rostan anunciaron que hoy votarán la confianza a Conte, fortaleciendo aún más la posición del premier para este lunes.
Mañana, en tanto, con un escenario más abierto, el premier deberá obtener el voto de confianza de la mayoria de los 321 senadores con derecho a voto, 315 elegidos en elecciones y otros seis «vitalicios», cinco de designación presidencial y el expresidente Giorgio Napolitano.
Si bien según el artículo 94 la Constitución italiana basta la mayoría simple de los votos, la apuesta de Conte pasa por llegar a la mayoría absoluta, 161 miembros, para lograr una ratificación política.
En esa línea, el diario Corriere recuerda hoy que solo 13 de los 64 Ejecutivos que el país tuvo en sus 70 años de historia republicana fueron ratificados por mayoría simple y no absoluta.
En ese marco, y en medio de negociaciones del premier para lograr el apoyo de los llamados «responsables» de partidos regionales y de grupos de centro, la salida de los legisladores de IV dejó al oficialismo con 141 senadores propios, lejos del umbral necesario de 161 apoyos para que quede ratificado políticamente el Gobierno de Conte.
Este lunes, los diarios La Stampa y Corriere coinciden en que Conte «llegó a 157 apoyos y le faltan cuatro senadores» para alcanzar los 161, tras haber sumado a 16 legisladores de otras fuerzas que se comprometieron a darle su apoyo en el Parlamento.
En ese grupo, destaca el apoyo recibido de parte del grupo MAIE-23, del senador nacido en Argentina Ricardo Merlo, a estas horas principal armador del premier en búsqueda de la mayoría tras reconocer que Conte era «el referente» de su fuerza política.
Tras la salida de IV del Gobierno, Conte se reservó por el momento, de forma ad interim, los tres cargos que la fuerza de Renzi tenía en el Gabinete (los Ministerios de Agricultura y Familia y la subsecretaria de Exteriores) para tener una carta de negociación que ofrecer a los partidos que se sumen a apoyarlo.
La articulación de los denominados «responsables» alrededor de la fuerza de Merlo se da luego del pedido de Mattarella al premier para que los eventuales apoyos que reciba para lograr el «voto de confianza» no sean «francotiradores» unipersonales, sino que se estructuren alrededor de un partido que se haya presentado en las últimas elecciones, de marzo de 2018, como forma de darle estabilidad a la posible ratificación del Gobierno.
En caso de que Conte no logre el voto de confianza de las dos Cámaras, el premier debería renunciar ante Mattarella, para que el presidente elija si darle un nuevo encargo para formar Gobierno con nuevos aliados de manera formal; si convocar a otra figura para que intente formar un Ejecutivo con esta composición de las Cámaras o disolver la Legislatura para llamar a elecciones que rediseñen el mapa del poder parlamentario.