Dios, el ser argentino, los tiempos y la celebración de Mayo. Por Dr. Moisés Riffo Arteaga
La historia de una nación no es ni debería ser un proceso de deterioro, como lo es la vida humana, no son las nostalgias de un pasado glorioso, sino las bases renovadas de sus propias experiencia, que motivan a sus generaciones a una constante construcción de su propia esencia y ser.
En sus Memorias escritas algunos años después de aquella gloriosa semana de mayo, Cornelio Saavedra relató el dialogo con Baltasar Hidalgo de Cisneros, ultimo virrey del Rio de la Plata, quien pretendía repetir la historia de año anterior para sostenerse en el poder: las expresiones fueron firmes:
“Señor, son muy diversas las épocas del 1º de enero de 1809 y la de mayo de 1810, en que nos hallamos. En aquella existía la España, aunque ya invadida por Napoleón; en ésta, toda ella, todas sus provincias y plazas están subyugadas por aquel conquistador, excepto solo Cádiz y la isla de León, … ¿Y qué, señor? ¿Cádiz y la isla de León son España? (…) ¿Los derechos de la Corona de Castilla a que se incorporaron las Américas, han recaído en Cádiz y la isla de León, que son una parte de las provincias de Andalucía? No señor, no queremos seguir la suerte de la
España, ni ser dominados por los franceses, hemos resuelto reasumir nuestros derechos y conservarnos por nosotros mismos. El que a V.E. dio autoridad para mandarnos ya no existe; de consiguiente usted tampoco la tiene ya, así que no cuente con las fuerzas de mi mando para sostenerse en ella. Esto mismo sostuvieron todos mis compañeros. Con este desengaño, concluyó diciendo: «Pues señores, se hará el cabildo abierto que se solicita.”
También es diversa y desigual la época del 1 de enero de 2020 y la de mayo de 2021, diferente en tan diversos sentidos que se nos hacen raras las celebraciones asignadas a este tiempo, sin embargo, si debemos seguir festejando, para continuar edificando sobre aquella esencia de lo que somos. El ser argentino.
El tiempo es una creación de Dios y él mismo es el Dios de la historia. La creación es una acción histórica de Dios, una obra dentro del tiempo, donde los procesos son temporales medidos en días, para edificar sobre una naturaleza.
Tengamos entonces en nuestra mente, que el tiempo es algo positivo y no algo que entró en el mundo debido a la tragedia del hombre.
En la biblia la fiesta y la celebración, nacen y se afirman con características específicas ligadas a la de los pueblos, son
los puntos culminantes de la vida de ellos, dignos de recordar y de repetir sus acciones de continuo a través de los
tiempos. Por esto el tiempo y la celebración, aunque en ocasiones parecerá estar en oposición dialéctica, polémica incluso, con las situaciones de los contexto, deben seguir siendo expresada, para aumentar la base del sustento de quienes somos. Argentinos.
La fatiga de las luchas, también han producido frutos que se unen a la bendición divina, realzan la esencia del ser y de espíritu de nuestra nación. El tiempo bíblico festivo es de alegría, porque es descubrimiento y celebración del sentido de la vida, que alimenta la paz, trae confianza, aumenta la seguridad.
El tiempo festivo es en honor al autor del don de la libertad, al libertador de la opresión, del dominio o de las supremacías. Es la celebración a la libertad de la opresión y que nos infunde nuevas fuerzas para continuar levantándonos contra las más diversas acciones que quieran oprimir al ser argentino.
El tiempo festivo es una renovación del voto de la libertad, de la batalla contra las injusticias, del abuso opresor, es el compromiso con el bienestar que deja atrás las fatigas de las batallas, para estar dispuestos a iniciar las nuevas conquistas.
Dios seguirá siendo el dueño de los tiempos, nosotros seguiremos agradeciendo y celebrando ¡el ser argentinos! el tiempo y la celebración serán el renuevo del compromiso con nuestro poderoso presente.
«¡Alabado sea por siempre el nombre de Dios! Suyos son la sabiduría y el poder. Él cambia los tiempos y las épocas, pone y depone reyes. A los sabios da sabiduría, y a los inteligentes, discernimiento. Él revela lo profundo y lo escondido, y sabe lo que se oculta en las sombras.
¡En él habita la luz! A ti, Dios de mis padres, te alabo y te doy gracias. (Amén)
Daniel 2:20-23 – La Biblia.
Moisés Riffo Arteaga es Vicepresidente en SEA Desarrollando Potencia