Colombia| A un mes de las protestas, te contamos porqué aun no cesan las marchas
Colombia vivirá este viernes otra jornada de movilizaciones que se prevén masivas, al cumplirse un mes del inicio del paro nacional que mantiene en tensión al país, mientras el Gobierno es ambiguo sobre la pretensión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de visitar el territorio para relevar las denuncias de violencia institucional y policial contra manifestantes.
La vicepresidenta y canciller Marta Lucía Ramírez dijo que la CIDH puede venir “el viernes” a Colombia “sin ningún problema”, un cambio de postura respecto de lo anunciado días antes, pero el presidente Iván Duque fue más esquivo y evitó dar fechas, apenas una jornada después del duro pronunciamiento del organismo sobre abusos de las fuerzas de seguridad.
Mientras, el país se apresta a vivir este viernes otra jornada de marchas, bloqueos, actos culturales y musicales, “plantones” y cacerolazos, todas variantes de las manifestaciones antigubernamentales convocadas por el Comité Nacional del Paro (CNP), el conglomerado de organizaciones que promueve las protestas.
Como las marchas coinciden con el mes del comienzo del paro, se prevé que las manifestaciones serán de relevancia, sobre todo porque el Gobierno y CNP parecen lejos todavía de discutir el pliego de reivindicaciones que pretende debatir el Comité.
La eventual visita de la CIDH quedó en el centro de la escena porque el cuerpo había pedido permiso para llegar a Colombia y el Gobierno prefería esperar a fines de junio para ese paso, un dato que la misma Ramírez le dio a los delegados de la organización en Estados Unidos, pero en la noche del jueves, después del documento crítico, pareció cambiar de opinión.
La CIDH había advertido el jueves sobre «fallecimientos, desapariciones, personas heridas y agresiones sexuales como consecuencia del uso desproporcionado e ilegítimo de la fuerza».
La visita parece clave porque se conocen nuevas cifras de víctimas de todo tipo: la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, entregó un informe a Juliette de Riveros, representante de la alta comisionada para los derechos humanos de Naciones Unidas, y la ONG Indepaz difundió el propio, que habla de unos 60 muertos, casi 40 casos de agresiones sexuales de diversa modalidad cometidas por las fuerzas de seguridad del Estado y 715 personas heridas por el «accionar desproporcionado de la Policía Nacional y en particular por el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad)”.
Al menos 60 personas fueron asesinadas en el marco de las manifestaciones, según Indepaz, y al menos 43 de estos crímenes fueron con presunta autoría de la Fuerza Pública, a la que también se responsabiliza por 46 personas víctimas de heridas oculares.
La ONG defensora de los derechos humanos sostiene que esta metodología presente también en el estallido social iniciado en Chile en octubre de 2019 evidencia que no se trata de daños colaterales del control de los disturbios en la protesta, sino de un «modus operandi» de las fuerzas de seguridad en algunos países de la región.
Aún así, el Gobierno se anotó un pequeño -y previsible- triunfo porque el ministro de Defensa, Diego Molano, atravesó con éxito en el Congreso la moción de censura alentada por la oposición, que lo acusó de darle “un tratamiento de guerra” a la movilización social.
El respaldo a Molano sumó 69 votos de senadores –de la alianza oficialista: Centro Democrático, Partido de la U, Cambio Radical, conservadores- contra 31 de la oposición, y el ministro celebró en la red Twitter que con esa decisión la Cámara alta «expresó su apoyo a soldados y a policías que ofrecen su vida por Colombia».
Fue «un voto de confianza para seguir actuando contra la violencia y los bloqueos», insistió el titular de Defensa, según la agencia de noticias AFP y la prensa colombiana.
También Duque volvió sobre los sectores que consideró violentos, esta vez en una charla virtual con dos centros de pensamiento de Estados Unidos, ocasión en la que, además, intentó defender su propuesta de reforma tributaria que inició el paro, aunque fue retirada enseguida del Congreso.
«La reforma hubiera permitido que los más pobres puedan tener un ingreso extra en momentos de crisis, pero se convocó a un paro dos semanas antes… Y nosotros, es cierto, no pudimos explicar las distorsiones de la realidad que se plantearon», aseguró Duque.
En una disertación organizada por el Wilson Center y el Diálogo Interamericano, ambos con sede en Washington, Duque destacó el crecimiento macroeconómico y la reducción del déficit fiscal que su Gobierno había conseguido antes del inicio de la pandemia y, ante una pregunta sobre los reclamos de los manifestantes, volvió sobre los números.
«Tenemos que identificar lo que realmente está pasando. Hablan de ‘caos’ y ‘convulsión’, pero al mismo tiempo el país creció de manera no esperada este primer trimestre en medio de la pandemia, algo que no pasó en toda la región», sostuvo.
Y rechazó las denuncias sobre abusos policiales sistemáticos en el país: «Vemos la cara de aquellos que están protestando de manera pacífica y legítima, pero también vemos la cara de los violentos que están provocando disturbios e incertidumbre, y ellos deben ser enfrentados con la ley y el orden. Pero tenemos una política de tolerancia cero para las fuerzas de seguridad que van más allá de la ley. ¿Hay abusos? Sí, como en cualquier ciudad de Estados Unidos, pero se los investiga y se los condena», afirmó.
De fondo, Colombia atraviesa uno de sus peores momentos por la pandemia de coronavirus –el miércoles tuvo récord de casos y de muertes-, por lo que varias ciudades dispusieron toques de queda, lo que complejiza el cuadro sobre el final de las protestas, porque aunque tienden a ser pacíficas, una vez que cae la noche suelen darse la mayoría de los abusos policiales.