Observan, por primera vez, la fusión entre dos agujeros negros y dos estrellas de neutrones (Video)
Hace mucho tiempo, en dos galaxias a unos 900 millones de años luz de distancia, dos agujeros negros devoraron a sus compañeras, dos estrellas de neutrones, desencadenando en el proceso ondas gravitacionales que finalmente llegaron la Tierra en enero de 2020.
Ahora, y por primera vez, los científicos han conseguido detectar este auténtico ‘festín cósmico’. Algo que por cierto, según los investigadores, sucedió de una forma bastante similar al célebre juego de Pac Man. El hallazgo, que acaba de publicarse en ‘The Astrophysical Journal Letters’, fue realizado al estudiar dos colisiones entre estos dos tipos de objetos, considerados como los más extremos y enigmáticos del Universo. Los dos eventos se produjeron con apenas diez días de diferencia.
«Hasta ahora -explica Chase Kimball, uno de los autores del estudio- las ondas gravitacionales nos habían permitido detectar colisiones de pares de agujeros negros y de pares de estrellas de neutrones, pero la colisión mixta de un agujero negro con una estrella de neutrones era la pieza que faltaba para entender las fusiones de estos objetos compactos. (…). Con estas detecciones, finalmente tenemos mediciones de las tasas de fusión en las tres categorías de fusiones binarias compactas».
En las dos ocasiones, y justo antes de encontrarse, los agujeros negros y las estrellas de neutrones se embarcaron en una auténtica ‘espiral de la muerte’, orbitándose mutuamente cada vez más rápido hasta chocar entre sí y producir así ondas gravitacionales que pudieron ser captadas por los observatorios LIGO, en Estados Unidos, y Virgo, en Italia. Los científicos, entre ellos dos del Instituto Gallego de Física de Altas Energías (IGFAE), creen que sus observaciones ayudarán a descubrir algunos de los misterios más complejos del Universo, incluidos los componentes básicos de la materia y el funcionamiento del espacio y el tiempo.
Según el estudio, los dos eventos de colisión, detectados el 5 y el 15 de enero de 2020, ocurrieron a casi mil millones de años luz de nosotros, es decir, hace casi mil millones de años, pero fueron tan violentos y masivos que aún a esa distancia el equipo pudo observar las ondas gravitacionales que generaron.
«Estas colisiones -asegura Susan Scott, de la Universidad Nacional de Australia y coautora del estudio- han sacudido el Universo hasta sus cimientos, y hemos logrado detectar las ondas que enviaron a toda velocidad a través del cosmos. Cada colisión no es solo la unión de dos objetos masivos y densos. Es realmente como en el Pac-Man, con un agujero negro que se traga por completo a su estrella de neutrones compañera. Se trata de eventos notables y hemos esperado mucho tiempo para poder presenciarlos. Así que es increíble haberlos podido capturar finalmente».
Las ondas gravitacionales son perturbaciones en la curvatura del espacio-tiempo creadas por objetos masivos en movimiento, y contienen valiosa información sobre los eventos que las producen. Durante los cinco años desde que se midieron las ondas por primera vez, un hallazgo que condujo al Premio Nobel de Física de 2017, los investigadores han identificado más de 50 señales de ondas gravitacionales de la fusión de pares de agujeros negros y de pares de estrellas de neutrones, cadáveres de estrellas masivas que explotaron en forma de supernova, pero nunca había podido observar una ‘colisión mixta’.