Venezuela| La oposición confirmó la unidad para intentar ganarle a Maduro en Noviembre
La mayoría de los partidos opositores de Venezuela anunciaron este martes que irán unidos a las elecciones de noviembre, con el reflotado sello de Mesa de la Unidad Democrática (MUD), lo que representa un enorme viraje en la conducta que sostenía la oposición, que lleva tres años de boicot, de llamados a la abstención y de un virtual desconocimiento al presidente Nicolás Maduro.
«Sabemos que estos comicios no serán unas elecciones justas ni convencionales. La dictadura ha impuesto obstáculos graves que ponen en riesgo la expresión de cambio del pueblo venezolano», advirtió, no obstante, la alianza, que defendió su postura ante “la urgencia para encontrar soluciones permanentes a los padecimientos y el propósito de fortalecer la unidad”.
El anuncio de que la MUD competirá por los 3.802 cargos en juego parece el primer resultado de las conversaciones que el Gobierno y parte de la oposición mantienen en México desde hace algunas semanas, con Noruega como mediador y el país anfitrión como facilitador, aunque la MUD no lo expresó directamente en esos términos.
Justamente este martes por la tarde el titular de la Asamblea Nacional (Parlamento) y jefe de la delegación del Gobierno para el diálogo, Jorge Rodríguez, informó que el viernes se llevará a cabo en México la primera deliberación sobre el memorando de entendimiento que firmaron las dos partes el 13 de agosto.
La oposición lleva dos comicios sin participar: los de 2018, cuando el presidente Nicolás Maduro logró la reelección, y los legislativos del año pasado, compulsa que la mayoría de las fuerzas opositoras desconocieron y que dejaron al oficialista Polo Patriótico –hegemonizado por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)- con casi todo el Parlamento.
En los dos casos, la mayor parte de la oposición consideró que esas elecciones eran “fraudulentas” y que no estaban dadas las condiciones para participar por las inhabilitaciones sobre varios de sus principales dirigentes, las detenciones de otros, el control del oficialismo sobre el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el quite de la personería jurídica a algunos partidos.
Esta vez, para la MUD, las elecciones serán “un terreno de lucha útil para fortalecer a la ciudadanía e impulsar la verdadera solución a la grave crisis de nuestro país: unas elecciones presidenciales y legislativas libres”.
“Nos organizaremos, nos movilizaremos y nos fortaleceremos en unidad al servicio de la reinstitucionalización democrática de Venezuela», agregó la coalición en un comunicado leído en una conferencia de prensa por el secretario general de Acción Democrática (AD), Henry Ramos Allup.
La MUD nació en 2008 como una alianza opositora que aglutinaba a una treintena de organizaciones y que en 2012 se inscribió como partido para presentarse a las legislativas de 2015, en las que el chavismo perdió el congreso por primera vez en 15 años.
Pero hace tres años la Justicia prohibió el uso de la “tarjeta MUD”, que fue rehabilitada a fines de junio último.
Hasta acá, la oposición no tenía una postura unificada respecto de si debía participar o no en los comicios regionales del 21 de noviembre porque, para algunos dirigentes, como el presidente encargado Juan Guaidó y la exlegisladora María Corina Machado, sigue sin haber condiciones aceptables.
AD, Copei, Voluntad Popular, Primero Justicia, Convergencia, Movimiento Progresista, Encuentro Ciudadano y Movimiento por Venezuela, entre otros, asumieron ahora el compromiso de “redoblar esfuerzos para motivar al pueblo de Venezuela a participar masivamente” en los comicios, en los que se elegirán gobernadores, alcaldes, diputados del Consejo Legislativo y concejales.
Ramos Allup detalló que las candidaturas se definieron por consenso, por lo que no habrá primarias dentro de la MUD, aunque admitió que restaban por resolverse unas pocas postulaciones.
“Votar es un derecho, y no votar también. Respetamos a los que no quieren participar y les pedimos para el respeto de los que hemos decidido en forma muy consciente y profunda participar”, remarcó Ramos Allup, en un mensaje directo a los sectores más radicalizados.
El dirigente aclaró que ir a los comicios no significaba reconocer al Gobierno de Maduro: “El hecho de que yo tenga que establecer una interlocución con el régimen no significa legitimación alguna. Simplemente, ¿ante quién voy a reclamar la violación de mis derechos? Pues a quién me los está violando», afirmó.
El líder de AD aseguró además que la mayoría de las inhabilitaciones están resueltas, aunque la alianza “seguirá bregando para que no haya un solo inhabilitado”.
Por su parte, Freddy Guevara, dirigente de Voluntad Popular que lidera Leopoldo López, probablemente de los críticos más duros de Maduro, afirmó que el partido y la MUD están dispuestos a «ceder en lo que haya que ceder para recuperar la normalidad democrática» en el país.
En sus primeras declaraciones tras estar detenido 37 días, admitió que “muchas de las premisas” que tenía VP “con las que buscaba un desplazamiento total e inmediato del sistema, el quiebre militar, no son viables”. “Hoy buscamos presionar, pero también negociar», explicó.
Para el dirigente, «llegó el momento de asumir que esta dinámica del círculo vicioso tiene que parar», sin que esto signifique «ceder en nuestros principios», ni que «todos vamos a ser amiguitos».
Del lado del oficialismo, Maduro formalizó que el PSUV y sus aliados volverán a las urnas como Gran Polo Patriótico, una alianza que “ha sellado la unidad perfecta”, según destacó el mandatario.
“Hay que prepararse. Que nadie se crea ganador antes de tiempo. Aquí la cosa se decide en el día a día. Hay que hacer un plan para la acción y la comunicación eficiente para motivar a todas y todos los militantes y activistas”, advirtió Maduro, en un Taller de Formación para candidatos del Polo, que la cuenta de Twitter del PSUV transmitió completo.
Fue en ese mismo encuentro que Rodríguez confirmó la reunión del viernes en México, entre el Gobierno y los que llamó “los representantes de los restos del guaidosismo”, en referencia al sector de Guaidó, según recogió la agencia de noticias Sputnik.