Jorge Masetti (h): “La izquierda se ubica en una posición moral superior al resto de la humanidad”
“De mi padre lo único que me quedan son dudas, además de ser una persona que no conocí. La última vez que lo ví yo cumplía 7 años y hacía años que no lo veía. Desde esa época, me cargaron un héroe a las espaldas”, sostuvo Jorge Masetti (h), hijo del periodista argentino Jorge Masetti, quien tras entrevistar a Fidel Castro se sumó a la guerrilla e intentó llevar a cabo una revolución armada en Salta. Tras haber adherido a las ideas que “heredó”, explicó su ruptura y sus dificultades en ese proceso: “Es muy difícil romper con una religión. La izquierda se ubica en una posición moral superior al resto de la humanidad. Se trata de separar la ideología de la calidad humana y romper con esa visión izquierdista que divide al mundo entre buenos y malos”.
Las declaraciones fueron hechas en el programa Haciendo pie, conducido por Jorge Sigal -autor del libro El día que maté a mi padre- en La Once Diez / Radio de la Ciudad.
Masetti apuntó contra los gobiernos de Cuba y Nicaragua al afirmar que “fueron dos revoluciones que se hicieron con las armas por el socialismo y ahora resulta que el poder es lo que les permite seguir manteniendo sus riquezas”. Resaltó que “la familia Ortega es la que dirige el país y es la más rica del país” y que “la familia Castro es la única que dirige desde hace más de 60 años Cuba y es la familia más rica del país”. También cuestionó al gobierno de Venezuela al sostener que “el chavismo se ha convertido hoy en oligarquía”. Consideró que “defienden el poder a toda costa, aunque ya no estén defendiendo al socialismo ni a los pobres sino que están defendiendo los privilegios y el enriquecimiento personal de esos dirigentes”. “La corrupción de esos dirigentes se produce en una vulgar transición de revolucionarios a ladrones”, sentenció.
Sobre su desencanto con la Revolución Cubana, señaló: “Yo me di cuenta que Fidel Castro fue capaz de matar a sus mejores hombres, a los que lo habían defendido siempre, justamente porque en un momento comienzan a pensar con su propia cabeza”. Se refirió a los fusilamientos del general Ochoa y el coronel Toni de la Guardia ocurridos en 1989: “Fueron detenidos un 13 de junio y el 13 de julio fueron fusilados. Hubo un proceso especial donde no hubo derecho ni siquiera a la apelación. Fue considerado por Naciones Unidas un proceso totalmente arbitrario. El arresto, la investigación y la ejecución de la sentencia se hace exactamente en un mes”. Detalló que “los acusan de narcotráfico” mientras que “el general Ochoa no tuvo absolutamente nada que ver con esas operaciones”, ya que “él estaba como jefe militar en Angola”, mientras que “en el caso de Toni de la Guardia, tenía una misión que era burlar el embargo norteamericano y, por esa razón, se utilizaban lancheros que estaban en operaciones de narcotráfico para llevar y traer mercancía entre La Habana y Estados Unidos”. “Por obedecer órdenes de Fidel Castro fue condenado”, aseguró.
Contó que a raíz de su disidencia con la Revolución Cubana nunca más volvieron a permitirle el ingreso a la isla: “Después de que yo rompí, no me dejan entrar a Cuba. No me dejan entrar hace 30 años”. “Romper con ese poder político, con ese poder absoluto de un solo partido, debo decir que fue para mí muy difícil. Al comienzo decía ‘estos son errores que se cometen dentro de la revolución’, luego decía ‘si el Che Guevara hubiera estado quizás no hubiera sucedido”, pero hoy me doy cuenta que el origen de esos problemas ya los podemos buscar en el leninismo, es decir, cuando la izquierda asume una posición moral. Es decir, ‘somos los mejores frente al resto de la humanidad, somos los que tenemos la verdad absoluta’. Eso sin dudas degenera en corrupción, como la que se vio en todos los países socialistas de Europa del Este, en la URSS y como lo estamos viendo ahora en Nicaragua, Venezuela y Cuba. Incluso, lo extendía a aquellos que hoy en día se hacen llamar ‘socialistas del siglo XXI’, que lo que más les interesa es su propia riqueza y ver como igualizan a partir de la pobreza al resto de la población”, reflexionó Masetti.
En relación a Venezuela, planteó: “Cuando vemos personajes como Maduro, yo no creo que crean absolutamente nada. Lo que menos les interesa son los pobres y terminar con las desigualdades, sino que descubrieron en esa forma religiosa de ejercer el poder una manera de seguir teniendo seguidores”. “Nosotros, por lo menos, teníamos colgado al Che Guevara. Estos también siguen teniendo al Che Guevara y a Fidel Castro en sus despachos, pero realmente yo creo que su verdadero líder es Pablo Escobar: una manera de enriquecerse rápido. Él lo hacía con el narcotráfico, ellos lo hacen con el poder político y, algunos, también con el narcotráfico”, aseveró.
En este sentido, hizo un llamado a las personas de pensamiento progresista que tienen una visión positiva de estos regímenes a que examinen su postura: “Yo les pediría a quienes se dicen de izquierda o progresista que reflexionen un poco más”. Y puso como ejemplo su propia ruptura ideológica con estos gobiernos: “Yo sabía de los crímenes de Stalin, yo sabía de los crímenes cometidos en la URSS e incluso sabía -y esto me duele más decirlo- de los fusilamientos que se cometieron desde los inicios de la Revolución Cubana. Pero el confort mental me permitía seguir dentro de esa revolución, y además me permitía sentirme moralmente superior a los demás. Creo que es una mezcla: confort mental y esa necesidad de sentirte moralmente superior”.