Cuáles fueron los principales resultados de las 48º sesiones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU
El pasado 12 de octubre finalizó el 48° período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el organismo intergubernamental responsable del fortalecimiento, la promoción y protección de los derechos humanos en todo el mundo.
El Consejo está integrado por 47 Estados, que son elegidos por votación entre los miembros de las Naciones Unidas en la Asamblea General. Argentina integra actualmente el Consejo y ha sido recientemente reelecta para el período 2022-2024. Desde Amnistía Internacional celebramos esta elección que implica la responsabilidad de continuar defendiendo con los más altos estándares los derechos humanos en todo el mundo.
Durante los períodos ordinarios de sesiones, el Consejo lleva adelante debates y toma decisiones sobre una amplia gama de cuestiones relacionadas con los derechos humanos a nivel global. Como todos los períodos de sesiones, Amnistía Internacional participó en esta ocasión y compartió sus prioridades a los Estados. A continuación, compartimos un análisis de los principales resultados.
Principales resultados
El 48° período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU fue único en muchos sentidos, con resultados mixtos. Por un lado, el Consejo dio pasos significativos en relación con el medio ambiente y los derechos humanos: aprobó una resolución en la que reconoce el derecho a un medio ambiente limpio, sano y sostenible y el establecimiento de un Relator Especial sobre Derechos Humanos y Cambio Climático. Ambas resoluciones fueron aprobadas con un respaldo abrumador, incluyendo el apoyo de Argentina, y son el resultado de los continuos esfuerzos de un amplio abanico de actores estatales y no gubernamentales, incluidos los defensores y defensoras de los derechos humanos de todo el mundo.
“El reconocimiento de este derecho constituye un hito en la lucha contra la degradación del medio ambiente y aporta esperanza en el contexto de los desastres climáticos generalizados y crecientes. El establecimiento del mandato de Relator Especial también ayudará a aportar recursos adicionales para hacer frente a esta crisis central a la que se enfrenta la humanidad”, sostuvo Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.
El CDH también avanzó en otras iniciativas temáticas importantes, como la adopción de resoluciones sobre el uso de tecnologías de vigilancia –que compromete a los estados a adoptar medidas específicas de protección contra las violaciones del derecho a la intimidad incluyendo la regulación de la venta, transferencia, uso y exportación de tecnologías de este tipo– y la transparencia en torno a la pena de muerte.
Por otro lado, la lamentable derrota de la resolución para ampliar el mandato del único mecanismo internacional de investigación sobre Yemen representó un terrible fracaso colectivo del Consejo y una gran defraudación al pueblo de ese país y de la comunidad internacional.
La creación de un nuevo Relator Especial sobre Afganistán –cuyo mandato fue excepcionalmente fortalecido con el acompañamiento de un equipo de expertos– fue un paso importante. Sin embargo, desde Amnistía Internacional lamentamos que el Consejo no haya establecido un mecanismo de investigación a pesar de los llamamientos claros y constantes de la sociedad civil afgana e internacional.
Seguimos convencidos de que un mecanismo de este tipo –con poderes para documentar y reunir pruebas para futuros procesamientos– es fundamental para garantizar la justicia, verdad y reparación de los crímenes de derecho internacional y las violaciones de los derechos humanos que se están cometiendo en Afganistán. Es imperativo que se nombre a un titular del mandato con la mayor urgencia posible y se le proporcione todos los recursos necesarios para llevar a cabo su trabajo.
“El Consejo debe seguir ocupándose de este tema y garantizar una respuesta sólida y proporcionada a la gravedad de la crisis y las necesidades de las valientes mujeres, niñas, defensoras y defensores de los derechos humanos y activistas que siguen exigiendo que sus derechos sean respetados y solicitando apoyo y protección de la comunidad internacional”, concluyó Mariela Belski.