Esperan que la inflación frene, pero no mucho: más presión sobre los sueldos y menor crecimiento
Aún cuando el ministro de Economía salió a amortiguar su impacto, la inflación del 6,7% en marzo sorprendió y encendió las alertas entre los economistas. No solo por tratarse del mayor salto en 20 años, sino porque observan una peligrosa aceleración, con efectos negativos sobre la actividad y los ingresos, ante el fracaso de la estrategia oficial para contenerlos.
«Vemos un panorama recesivo o sin crecimiento porque a pesar del arrastre estadístico elevado de la recuperación, va a ser difícil que el salario, incluso con anticipación de paritarias, pueda seguir esta vorágine de precios. Y si se negocia en función de estos niveles, las empresas se van a cubrir y el piso ya no va a ser del 3%», advirtió Lorenzo Sigaut Gravina, socio de Equilibra.
Después de la suba del 4,7% en febrero, el Gobierno anunció una «guerra contra la inflación», puso en marcha nuevas canastas reguladas y un subsidio para bajar el precio de la harina. El dato de marzo, sin embargo, superó el 5,5% previsto por el mercado y fue el mayor récord desde abril de 2002, cuando la inflación mensual fue del 10,4% tras la salida de la convertibilidad.
Para abril, el panorama tampoco es alentador. Si bien la inflación prevista es menor, las proyecciones la ubican entre 4,3 y 5,5%, con un aumento del 12% en telefonía, 6% nuevamente en prepagas y 9% en colegios privados. Las tarifas y los alimentos tendrían subas menores. Y en la Ciudad, hay subas del 40% en subte, 30% en taxis y 25% en peajes.
«Es clave que baje inflación ahora sino las expectativas se van a descanclar más todavía y vamos a estar pensando en una inflación del 70%, es muy peligroso. El dato es que abril está bajando, algo parecido debería estar pasando en EE.UU», dijo Fernando Marull, economista de FyMA, en donde esperan un 4,7% en abril y un 61% para el 2022.
Durante abril, también se implementó el bono de $ 6.000 a jubilados y pensionados, el aumento del 50% en la tarjeta Alimentar y tendrán lugar varios ajustes salariales, algunos por el adelantamiento de paritarias. El Gobierno lo definió en las últimas semanas ante las protestas piqueteras y en medio de las presiones para desplazar a Martín Guzmán.
«Es una marca negativa del gobierno que es probable que marque un quiebre. Muestra la falta de confianza y la impericia de la estrategia concertada hasta la actualidad para atacar el avance de los precios y mostrar un horizonte que afiance las expectativas», dijo el director adjunto de EcoGo, Sebastián Menescaldi, quien estimó un 5,5% de inflación en abril.
María Castiliglioni, de CyT, pronostica una suba superior al 4% este mes a partir del ajuste del 6% en los sueldos de encargados de edificios y prepagas, además del arrastre de 5% en los combustibles. «Habitualmente no es tan complicado como marzo, vimos aflojar en la primera semana alimentos, pero todavía falta mucho», sostuvo.