EEUU flexibilizó el envío de dinero y los viajes a Cuba «para empoderar al pueblo cubano»
El gobierno de Estados Unidos dispuso hoy dar marcha atrás con algunas medidas adoptadas hacia Cuba por Donald Trump, mientras estuvo al frente de la Casa Blanca, al anunciar que flexibilizará las restricciones de viajes a la isla y a las remesas de dinero a familiares.
Las medidas representarán un alivio del enfoque dispuesto por Trump (2017-21) y se aproximan en algo a la política de deshielo que había puesto en marcha Barack Obama, aunque no llevarán la situación al punto del histórico acercamiento ocurrido desde 2014, dijeron informantes.
El gobierno de la isla expresó horas después que las modificaciones son “positivas pero de alcance muy limitado” y lamentó que el Departamento de Estado “utiliza un lenguaje abiertamente hostil, acompañado de calumnias tradicionales y nuevas falacias puestas de moda en los últimos meses, demostración de que no han cambiado los objetivos de la política de los Estados Unidos” contra Cuba.
Una declaración el Departamento de Estado norteamericano anunció que la embajada de EEUU en La Habana comenzará a procesar más casos de cubanos y buscará entregar 20.000 visados antes de fin de año, además de retomar los 100.000 expedientes pendientes que se acumularon desde 2017.
La cuestión de las visas está relacionada con el plan para restablecer el Programa Condicionado de Reunificación Familiar para Cubanos, que había brindado una forma legal para que las familias cubanas se reunieran en Estados Unidos.
Mientras mantuvo su dotación diplomática reducida, Estados Unidos había pedido a los cubanos que tramitaran sus visas, personalmente, en su representación en Colombia y Guyana, una sugerencia imposible de cumplir para cualquier isleño.
Además, Washington aprobó promover los viajes profesionales y educativos ampliados en grupo, y retomar las licencias de viaje que también fueron suspendidas durante la administración Trump y que permitían a los estadounidenses ir a la isla.
Entre las medidas anunciadas figura el levantamiento del tope para las remesas familiares, actualmente de 1.000 dólares por trimestre, así como la autorización de donaciones a personas que no sean parientes.
Este paso –probablemente el de mayor repercusión dentro del conjunto de anuncios- habilita que los envíos se hagan a través de cualquier banco, excepto Fincimex, la financiera de los militares cubanos sancionada por EEUU.
Según el documento, se volverán a autorizar los vuelos comerciales a aeropuertos al interior del país, en vez de solamente a La Habana.
Washington además permitirá la asistencia financiera a emprendedores por parte de bancos estadounidenses, así como pagos al sector privado dentro de Cuba y el uso de la banca virtual para esas transferencias.
Sin embargo, se mantendrá la vigencia de una lista de empresas vinculadas con el gobierno y las Fuerzas Armadas de Cuba con las que los estadounidenses tienen prohibido hacer negocios.
“Vamos a lograr que las remesas fluyan más libremente hacia el pueblo cubano, sin enriquecer a quienes cometen abusos contra los derechos humanos”, anticipó poco antes del anuncio formal un funcionario no identificado, según el portal de noticias Euronews.
En cambio, los viajes individuales “de persona a persona” no se restablecerán, dijeron los funcionarios.
Según un comunicado del Departamento de Estado, entre sus propósitos está el de fomentar «las oportunidades comerciales fuera del sector estatal al autorizar el acceso a la tecnología de nube ampliada, las interfaces de programación de aplicaciones y las plataformas de comercio electrónico”.
“Exploraremos opciones para expandir el apoyo de opciones de pago adicionales para actividades basadas en Internet, pagos electrónicos y negocios con empresarios cubanos independientes. Trabajaremos para ampliar el acceso de los emprendedores a las microfinanzas y la capacitación», señaló la dependencia que encabeza Antony Blinken.
El texto destaca que la administración Biden está trabajando “de manera expedita para efectuar estos cambios, que se implementarán a través de los pasos que se tomen y los cambios regulatorios realizados por los departamentos y agencias relevantes en poco tiempo».
Según el Ejecutivo, las medidas buscan «aumentar el apoyo al pueblo cubano de acuerdo con nuestros intereses de seguridad nacional”.
“El pueblo cubano enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes y nuestra política continuará enfocándose en empoderar al pueblo cubano para ayudarlo a crear un futuro libre de represión y sufrimiento económico», señaló Washington.
En línea con el comunicado, el vocero del Departamento de Estado, Ned Price, subrayó que se busca “apoyar las aspiraciones de libertad y mayores oportunidades económicas de los cubanos para que puedan llevar una vida exitosa en su hogar».
Price reiteró el pedido de la casa Blanca para que Cuba «libere de inmediato a los presos políticos, respete las libertades fundamentales del pueblo cubano y permita que el pueblo cubano determine su propio futuro».
El anuncio de las medidas se dio en la misma jornada en la que el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, acusó a Estados Unidos de poner en marcha “campañas de desinformación” en la isla para “provocar un estallido social”.
Estados Unidos “recurre a viejas tácticas con modernas técnicas para crear aquí un clima de inseguridad ciudadana, lo que fue muy evidente en la campaña para desmovilizar la celebración del 1 de mayo, pero ese día hubo una aplastante y masiva respuesta del pueblo a favor de la Revolución”, remarcó Díaz-Canel, en la clausura de la quinta sesión extraordinaria de la IX Legislatura de Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP).
Además que protestar por la decisión de EEUU de no invitar a la isla a la Cumbre de las Américas del mes próximo -Washington “debería tener la capacidad y la valentía de escuchar a todos”, dijo-, Díaz-Canel advirtió sobre la pretensión de la potencia norteña de “provocar un estallido social” en la isla mediante campañas de desinformación “en plataformas tecnológicas impulsadas desde la embajada de Washington en La Habana”.
“Ciegos de frustración, el imperio y sus asalariados acuden a viejas prácticas de ataque con modernas técnicas de guerra no convencional”, afirmó, según la agencia Prensa Latina.
Mientras, la Cancillería cubana emitió un comunicado en el que admitió que es “posible identificar algunas de las promesas del presidente Biden durante la campaña electoral del 2020 para aliviar decisiones inhumanas tomadas por el gobierno del presidente Trump, que endurecieron el bloqueo hasta niveles sin precedentes y la política de `máxima presión`”.
Pero “los anuncios no modifican en lo absoluto el bloqueo, ni las medidas principales de cerco económico tomadas por Trump, como los listados de entidades que están sometidas a medidas coercitivas adicionales, ni elimina las prohibiciones a los viajes de los estadounidenses”, alertó la Cancillería.
“Se trata, sin embargo, de un paso limitado en la dirección correcta, una respuesta a la denuncia del pueblo y del gobierno cubanos. Responde también a los llamados de la sociedad estadounidense y de los cubanos residentes en ese país. Ha sido esta una demanda de la Celac y de la casi totalidad de los estados miembros de ONU, expresada en la abrumadora votación contra el bloqueo”, afirmó el ministerio cubano.