Tu perro sabe cómo te sientes. ¿Cómo sucede?
¿Alguna vez tuviste la sensación de que su perro estaba en sintonía con sus emociones? Es posible que no estés muy equivocado.
En experimentos recientes, los perros demostraron signos de comprender si un ser humano o un perro estaba feliz o enojado según las expresiones faciales y las vocalizaciones.
La investigación, publicada en la revista Biology Letters, tenía el propósito de explorar la conexión emocional entre el ser humano y su «mejor amigo».
“Aún no sabemos si los perros (…) pueden comprender de alguna manera que, por ejemplo, una expresión facial alegre es positiva y que una expresión facial enojada es negativa”, comenta la líder del estudio Natalia de Souza Albuquerque, una estudiante de doctorado en Psicología Experimental por la Universidad de São Paulo en Brasil.
Para llevar a cabo la investigación, Albuquerque y su equipo reclutaron 17 perros mascota de Lincoln, Inglaterra, y realizaron dos rondas diferentes de estudios.
Ensayos perrunos
En los primeros ensayos, se colocó a cada perro frente a dos pantallas y se les presentó una imagen de un perro o un ser humano con expresiones faciales alegres o enojadas. Luego, las imágenes se acompañaron de una variedad de sonidos: un ladrido juguetón o agresivo en el caso de los perros, y una frase en un idioma desconocido (portugués de Brasil) y en un tono alegre o enojado en el caso de las personas.
Cuando se los exponía a imágenes y sonidos halagadores tanto en seres humanos como en perros (p. ej., una expresión facial de un cachorro y un ladrido juguetón), los perros miraban a la pantalla durante más tiempo que si la expresión facial no coincidía con el sonido.
El hecho de que prestaran atención era un indicio de que los perros reconocían las emociones.
Por otro lado, cuando los perros oían un sonido neutral, los animales perdían interés y miraban a su alrededor en lugar de a la pantalla; esto es un indicador de que los perros habían detectado correctamente una falta de emoción.
Cachorros inteligentes
Según Albuquerque, la capacidad de los perros de conectarse emocionalmente con los seres humanos y con otros perros no se trata de un instinto ni de un comportamiento aprendido, sino de un signo de habilidad cognitiva.
“Los perros debían extraer la información a partir del sonido y luego asociarla con la imagen, y eso implica poner en funcionamiento mecanismos psicológicos complejos”, explica.
Sorprendentemente, el equipo descubrió que los perros tenían mayor habilidad para reconocer las emociones de su propia especie que las de los seres humanos.
“Esto fue muy interesante”, comenta Albuquerque, “porque tiene sentido pensar que los perros ya tienen la habilidad (de conectarse emocionalmente) y la usan, y la desarrollan, para interactuar con los seres humanos”.