Pamela Rosentock, finalista de Canta Conmigo Ahora, y la polémica en el certamen sobre la ópera: “Hay que tener mucho respecto”
La cantante lírica pasó al último tramo del concurso de talentos, luego de un tenso debate sobre el género que le apasiona. En diálogo con Teleshow, contó de dónde viene su pasión por la música clásica y asentó su postura
La primera temporada de Canta Conmigo Ahora está llegando a su fin, y cada gala se vive con más nerviosismo. La noche del martes Pamela Rosentock, brilló con una interpretación de “Je Veux Vivre” y se consagró como una de las diez finalistas del concurso de talentos. La profesora de canto graduada del Instituto del Teatro Colón habló con Teleshow sobre su pasión por el género lírico, la polémica en torno a la ópera que se desató en el certamen y la experiencia de formar parte del programa que conduce Marcelo Tinelli.
Antes de conocer el puntaje, recibió las devoluciones de varios jurados, y Bebe Contepomi expuso su punto de vista: “Me critican todos mis compañeros, pero yo les pido que canten otra cosa; la voto porque es perfecta, pero quiero escuchar otra cosa también”. La primera en disentir fue Natalia Cociuffo, quien destacó el virtuosismo de la participante a lo largo de las presentaciones: “Fue mostrándonos algo diferente cada vez, nos cantó en inglés, en francés, en español, en italiano, para mí es hermosa”.
Locho Loccisano fue otro de los que alzó la voz, un poco más molesto, y remarcó: “Al galán -en referencia a Miguel Ángel Rodas- le dijeron no cantés tango, que es su fuerte, ahora a ella le dicen que no cante lírica, y no es así”. El que puso el punto final al asunto fue el Puma Rodríguez, con un argumento que resultó irrebatible: “L-Gante y El Polaco cantan cumbia, Cucho de Los Auténticos Decadentes canta música popular, y yo canto rítmico y romántico, no me salgo de ahí, porque ese es mi estilo. ¿Entonces por qué ella tiene que cambiar lo que canta?”. Y le habló directamente a Rosentock: “Tu éres clásica, tienes una voz tan bella, que cómo vas a cambiar lo que hacés, no cambiés nunca”.
Pamela Rosentock es una de las diez finalistas de Canta Conmigo Ahora (Crédito: Ramiro Souto. La Flia)
Oriunda de Haedo, partido bonaerense de Morón, la cantante de 37 años está viviendo en la capital porteña por estos días. “Mi corazón es del Oeste; tengo a mi mamá y a mi papá allá, así que voy mucho”, asegura con orgullo. Y confiesa que se da cuenta de la exposición que brinda la televisión cuando sale a hacer las compras: “Me pasó en la verdulería el otro día que me reconocieron, y me pareció muy cómico”. Transmite la misma gratitud y dulzura con la que se presenta en el escenario de los estudios de Don Torcuato cuando expresa la felicidad de que la música que ama esté siendo escuchada por tantas personas. “No es fácil acercar ópera a todo el país, y ahora mucha gente me escribe muy emocionada, diciendo que le llega al alma y les hace bien”, celebra.
A la hora de recordar cómo nació su vocación, se remonta a sus cinco años y un emotivo momento. “Mi mamá cantaba en un coro de jovencita, llegó a ser solista, y yo la escuchaba en casa al mediodía, cuando estábamos por almorzar, y ella servía las bandejas y se ponía a cantar”, rememora. Luego define esa voz como “la de una sirena”, y explica que la secuencia se repetía los fines de semana durante las comidas en familia. “Yo la escuchaba y me encantaba, me maravillaba, y ese fue mi primer acercamiento a lo que es el canto lírico”, cuenta.
Tras el debate en torno al género lírico en Canta Conmigo Ahora, la participante consiguió pasar de ronda
Su abuela Nieves era pianista, y junto a ella solían cantar juntas no solo música clásica, sino también rock y boleros. Otro momento bisagra de su vida tuvo lugar un poco más adelante, cuando su padre compró el disco Barcelona de Queen, donde descubrió que los géneros podían fusionarse y eso despertó aún más su curiosidad. “Escuchar a Freddie Mercury y Monserrat Caballé, una soprano, donde mezclaron los dos estilos, me envolvió aún más y siempre estaba cantando”, detalla.
Primero a solas en su habitación, después con una maestra particular y finalmente entró al conservatorio de Morón Alberto Ginastera de música clásica, que fue la antesala a su paso por el Colón para estudiar la carrera especializada en canto lírico. Después de la constancia y la disciplina que conllevó su profesión, confiesa que cuando se pararon los 100 jurados del ciclo, revalidó las sensación de que valió la pena todo el camino que transitó. “Es un sueño el espacio que le están dando al género lírico, lo que lo están valorando es una bendición, que la gente pueda conocer desde su casa las canciones y pueda disfrutarlo, me emociona”, expresa.
En ediciones anteriores, la participante interpretó «La vie en rose», de Piaf, y «‘O sole mio»
A través de su cuenta de Instagram, le hacen llegar mensajes que la sorprenden y le den fuerza. “Me dicen que les traen recuerdos de cuando eran chicos, de sus abuelos, de sus papás, los lleva a la infancia. Los transporta y los hace volar”, describe. Y agrega conmovida: “Algunos me dijeron que los llevaba a sentirse como en el cielo, personas que están pasando situaciones difíciles en la vida, que están sufriendo y me agradecen porque les acaricia el alma, porque de alguna manera los abrazo con la música, llegando a los corazones con la vibración de la música”.
—Algunos piensan que el interpreta ópera puede cantar cualquier cosa por el virtuosismo, ¿es una idea equivocada?
—Creo que depende, porque hay que tener mucho respeto para cada género que se canta. Es verdad que el canto lírico, y la técnica te puede dar varios recursos para prepararte de manera integral, pero hay que tenerle mucho respeto a todas las canciones y cantarlas con el profesionalismo que se merece. Según la etapa en la que está cada cantante, y siempre tratar de cantarlo de la mejor manera, sea el estilo que sea, desde el corazón. Para mí la música es universal y trasciende todos los géneros. Mientras se haga con honestidad, me parece hermoso. Yo nunca dejé de cantar música popular también, pero claro que mi género preferido es la lírica.
Emoción y alegría: cuando hizo su versión de «Funiculi funicula» hizo bailar a Marcelo Tinelli
—¿Falta más difusión hoy por hoy del mundo de la lírica?
—Siento que sí, que es un género que necesita más difusión, más espacio, más apoyo. Es tan emotivo, un género muy celestial. Y el Colón es un templo, un lugar mágico. Vos entrás ahí y entrás en otra atmósfera. Pero también es cierto que necesitamos más espacios para transmitir música lírica. A veces no consideran que se puede acercar de muchas maneras y a muchos públicos, no solo a través de la música clásica. Lo que hizo Freddy Mercury de unir rock y lírica, atrajo incluso a niños al género. Hay que encontrar la forma de ser creativo.
—En el programa te tocó competir con Avril Lernan, también representante del género, ¿cómo fue la experiencia?
—Avril es divina. Es muy talentosa, tiene un futuro enorme por delante. Tiene mucha luz. Es muy dulce y nos llevamos muy bien. Ojalá podamos seguir cantando juntas dúos en el futuro. Fue difícil el duelo, pero afortunadamente cada una pudo avanzar por caminos distintos en el programa. Me encanta que haya espacio para todos los estilos. Es una oportunidad inmensa, donde se aprende muchísimo y por eso creo que apoyarnos es lo mejor que podemos hacer entre nosotros. Es un grupo muy lindo y se formó el espíritu de equipo, por más que sea una competencia, nos damos aliento unos a otros. Hay que estar ahí paradito solito en el escenario, es muy fuerte de verdad.
—Contaste que estás haciendo tu propia música, porque también componés, ¿se viene un lanzamiento?
—Sí, tengo grabada mi primera canción inédita, que es un pop distinto, muy sentido, y pienso lanzarlo próximamente. Uno de mis mayores deseos es poder sanar a la gente, y si la música ayuda a todo el que necesite, me hace feliz. Lo más importante es que la gente se sienta acompañada ante todas las adversidades que pueda tener la vida, y también en los momentos hermosos. A veces siento que cuando uno canta es casi como una plegaria.