Un observatorio buscará el origen del universo desde la puna salteña
El paraje salteño de Alto Chorrillos, a 4.980 metros de altura sobre el nivel del mar, es el ámbito en el que se construyó el observatorio y las instalaciones del proyecto QUBIC, un instrumento de precisión inaugurado hoy para medir señales del cosmos que aporten conocimiento sobre el origen del universo, como parte de una extensa colaboración científica internacional.
El telescopio, desarrollado por equipos científicos de Italia, Francia y el Reino, entre otros países, fue ensamblado por investigadores de la regional Noroeste de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) en la ciudad de Salta y luego instalado en el abra de Alto Chorrillos, a unos 20 kilómetros de San Antonio de
Los Cobres, desde donde busca identificar «modos B», un tipo de señales que se habrían generado en el mismo momento de la creación del universo.
La inauguración del observatorio estuvo hoy a cargo del ministro de Ciencia, Daniel Filmus; la presidenta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), Ana Franchi; la presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Adriana Serquis; el co-vocero del proyecto Qubic y director del Instituto de Tecnologías en Detección y Astropartículas (ITeDA), Alberto Etchegoyen; y Tecnología de Salta, Matías Cánepa, entre otras autoridades.
El ascenso de la comitiva hacia el emplazamiento del telescopio también incluyó a representantes científicos de los países europeos que forman parte de la iniciativa Q&U Bolometric Interferometer for Cosmology (Qubic), y personal sanitario con tubos de oxígeno, que debió asistir en distintas oportunidades a los visitantes afectados por la falta de aire.
A pesar del sol pleno con el que la punta salteña recibió a sus visitantes este miércoles, el viento constante proveniente de la cordillera obligó a toda la comitiva a equiparse con prendas de abrigo.
Después del corte de cinta en el acceso a las instalaciones del observatorio, todos los presentes elevaron su mirada al cielo, atraídos por el sonido de la cúpula metálica que se abría para dejar ver al telescopio que entraba en servicio, momento que fue acompañado por aplausos y gritos de júbilo en diferentes idiomas.
Etchegoyen sostuvo que «la humanidad tiene preguntas sobre el origen del universo desde que tenemos memoria, y este es un muy valioso esfuerzo para buscar precisiones, este instrumento tiene la singularidad de combinar la bolometría con la inferometría en un telescopio que busca identificar lo que se conoce como radiación de fondo polarizada».
«La teoría del Big Bang afirma el paradigma de la inflación universal, y este paradigma plantea fuertes cambios gravitacionales en el origen del universo que necesariamente deberían haber polarizado el segmento del espectro electromagnético que conocemos como radiación de fondo; si podemos encontrar esa radiación polarizada de hace 13.800 millones de años podríamos estar frente a la evidencia que pruebe la teoría del Big Bang y con esa certeza abrir nuevas preguntas sobre nuestro universo», añadió.
La presidenta de la CNEA, Adriana Serquis, afirmó que «Argentina saca provecho de su participación en estos ambiciosos proyectos internacionales en varios aspectos, porque además las respuestas que se buscan hay mucho conocimiento que se desarrolla en el proceso y que también puede ser aplicado en otras áreas; los sensores de los que hoy dispone el Qubic son muy complejos porque operan con una gran sensibilidad en el cero absoluto, los que ahora están instalados son los que vinieron de Francia, pero desde CNEA ya estamos trabajando en conjunto con Alemania en una nueva generación de sensores más eficientes y que podamos hacer en el país».
«En ese proceso también es muy valiosa la experiencia que ganan los investigadores que se forman en nuestro instituto Sábato y que va a ser muy útil cuando deban encarar otros desafíos», añadió.
Durante la inauguración el ministro de Ciencia, Daniel Filmus, destacó: «Dar a luz un proyecto de 15 años de gestación no es poco, hay que agradecer a las instituciones y las personas que lo llevan adelante, entre ellas dos orgullos de Argentina como la CNEA y el Conicet, y también la provincia de Salta que se puso al hombro el proyecto y logró recuperarlo de años donde el impulso no fue tan grande; hace un año, cuando llegó el instrumento, no pensamos qué tan rápido lo íbamos a poder poner en funcionamiento».
«Las autoridades de los países que forman parte de esta iniciativa me contaron que en la elección de la punta salteña para instalar este telescopio tuvo mucho que ver el caso de éxito que representa el observatorio Pier Augé, que funciona en Mendoza desde hace tiempo en cooperación con Europa, y también ponderaron la calidad del recurso humano científico que se forma en nuestro país», apuntó.
Junto al Qubic, en el abra Alto Chorrillos también se construye la infraestructura para albergar al proyecto argentino-brasileño LLAMA (Large Latin American Millimiter Array), un radiotelescopio de 12 metros de diámetro, 120 toneladas de peso y un reflector con una precisión equivalente a la cuarta parte del espesor de un cabello humano.
LLAMA será adecuado para estudios en el continuo y en espectroscopía atómica y molecular hacia objetos astronómicos situados en un amplio rango de distancia, desde el Sol a galaxias de alto corrimiento al rojo; a su vez, formará parte de una extensa red de interferometría de base muy larga (VLBI) con Proyectos instalados en el desierto de Atacama, Chile (ALMA, APEX, ASTE).
Sobre este proyecto, Manuel Platino, operation manager del proyecto Qubic e integrante de ITeDA, comentó que «Qubic y LLAMA van a convertir a Salta en una ventana al universo, un verdadero centro de atracción científica a nivel nacional, regional y global; LLAMA aportará mediciones de alta definición en la banda submilimétrica para observar, por ejemplo, agujeros negros y centros de galaxias».
Qubic y LLAMA comparten instalaciones de servicio en San Antonio de los Cobres, desde donde el personal de ambos proyectos podrá monitorear los observatorios a través de cámaras de seguridad o subir hasta allí para tareas de mantenimiento.