¿Por qué se hacen bromas el Día de los Santos Inocentes?
Para entender como se “desformó” una fecha que poco de gracioso tiene, primero es necesario repasar un poco la historia.
La celebración es considerada una tradición pagana-religiosa extendida por todo el mundo. La Iglesia católica conmemora este día en honor a los cientos de infantes que fueron asesinado en Belén por órdenes del rey Herodes.
La celebración es considerada una tradición pagana- religiosa. De acuerdo con el Nuevo Testamento, San Mateo explica cómo unos sabios (los reyes magos) llegaron a Jerusalén y se presentaron ante el rey Herodes manifestándole que iban en busca del futuro rey de los judíos que acababa de nacer.
Herodes desconfiado y temeroso de perder su poder, pidió a los reyes magos que fueran en busca de este niño y que volvieran con información de su paradero.
Desde ese entonces, la Iglesia católica conmemora este día en honor a los cientos de infantes que fueron asesinados este día.
¿Por qué entonces las Bromas?
En la Edad Media la conmemoración de la crueldad del Rey Herodes coincidió con una tradición pagana conocida como la Fiesta de los locos, una jornada llena de fiestas y desenfreno, celebrada principalmente en Francia.
Las fiestas de las Saturnales —que duraban unas dos semanas, del 17 de diciembre al 2 de enero—, se tenía la costumbre de comer un pan en el que se escondía un haba la cual daba a quien la encontraba la calidad de rey.
Esta alteración del orden establecido, en el que un plebeyo se convertía en gobernante, tuvo gran influencia en fiestas y carnavales medievales. “El rey de gallos o rey de los inocentes en el ámbito castellano, o La festa dels folls —de los locos—, […] o el joc del rei Pàssero (rey pájaro) en la Corona de Aragón son sólo algunos ejemplos en los que podríamos indicar que se jugaba a crear un mundo al revés.
Así entonces, estos ‘reyes’ lideraban séquitos de jóvenes desenfrenados que estimulaban al ‘monarca’ temporal a cometer bromas y, en ocasiones, abusos a otros conciudadanos. Por esa razón, siglos después esta costumbre fue prohibida en España y otros países europeos.
Lo único que quedó de esta loca costumbre fueron las bromas que se gastaban en los pueblos y cuidades.
Más tarde, con la aparición de los periódicos, los periodistas hicieron suya la fiesta de los Santos Inocentes publicando noticias falsas que remataban con una frase burlona.