Astronautas varados en el espacio: las fallas de la cápsula Starliner y las opciones para su regreso

Los desafíos de la misión Starliner

La misión de la cápsula Starliner, que debía durar solo 8 días para probar la nueva nave de Boeing en su primer viaje espacial tripulado, ha superado ya los 70 días sin una fecha clara de regreso. Los astronautas de la NASA, Butch Wilmore y Sunita Williams, seleccionados para este ambicioso proyecto, jamás imaginaron que se encontrarían en esta situación, viviendo indefinidamente en el espacio. Esta misión, destinada a la Estación Espacial Internacional (EEI), debía ser una prueba experimental del Starliner, pero se ha visto afectada por varios problemas técnicos que han puesto en peligro su retorno seguro a la Tierra.

Las tres fallas críticas de la cápsula Starliner

Desde el inicio, la misión enfrentó complicaciones. Una fuga de helio en el sistema de propulsión de la nave espacial se detectó antes del lanzamiento. Aunque los ingenieros de Boeing atribuyeron esta fuga a un sello dañado, que consideraron un problema aislado, la situación empeoró después de que la cápsula alcanzara la órbita. Se reportaron dos nuevas fugas de helio en la nave, seguidas de otras dos más pequeñas tras el acoplamiento con la EEI.

El problema más grave, sin embargo, surgió cuando Starliner se acercaba a la estación espacial. Cinco de los 28 propulsores de la cápsula fallaron durante el acoplamiento, casi descarrilando la maniobra. Aunque todos menos uno se reactivaron en los días siguientes, las fallas en el sistema de control de reacción múltiple, crucial para la reentrada a la atmósfera terrestre, han generado una gran preocupación. Este sistema es vital para activar el motor de la nave durante su salida de la EEI y su retorno a la Tierra, y su mal funcionamiento ha puesto en duda la seguridad del regreso.

Evaluaciones y opciones para el regreso
Los ingenieros de NASA y Boeing han estado trabajando incansablemente para entender y solucionar estos problemas. Según Ken Bowersox, administrador asociado de la Dirección de Misiones de Operaciones Espaciales de la NASA, se están revisando semanas de datos y evaluando diversas opciones para traer de vuelta a los astronautas de manera segura. Una revisión formal está programada para finales de agosto, donde se tomará una decisión crítica sobre el regreso de Wilmore y Williams.

Entre las opciones que se barajan, una es intentar reparar los problemas en la propia cápsula Starliner, lo que conlleva riesgos significativos. Otra posibilidad es utilizar una de las cápsulas Crew Dragon de SpaceX, lo que implicaría que los astronautas permanecieran en la EEI durante otros 6 meses, regresando con la misión Crew-9 en febrero de 2025. La tercera opción, menos deseada, sería recurrir a una cápsula Soyuz rusa, una medida de emergencia que la NASA preferiría evitar.

El futuro de la misión
El retraso en el regreso de Wilmore y Williams no solo afecta a ellos, sino también a la planificación de futuras misiones. La NASA ya ha tenido que retrasar más de un mes la misión Crew-9 de SpaceX, un vuelo de rutina que ahora podría reducirse en número de tripulantes para acomodar a los astronautas varados. Además, la prolongación de su estancia en la EEI plantea desafíos logísticos y físicos, ya que la misión inicial no contemplaba una duración tan extendida.

A pesar de las adversidades, tanto Wilmore como Williams se han mantenido optimistas, colaborando con el equipo de la EEI en reparaciones e investigaciones mientras confían en que se encontrarán soluciones a los problemas de Starliner. La situación pone a prueba no solo la capacidad tecnológica de Boeing y la NASA, sino también la resiliencia de los astronautas y la coordinación internacional en la exploración espacial.

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